[vc_row][vc_column][vc_column_text]Unos 500 estudiantes que se quedaron atrincherados en la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) informaron que fueron atacados a balazos por las fuerzas represivas vestidas de civil.
Según los jóvenes, en este ataque criminal ejecutado en la oscuridad mataron e hirieron a más estudiantes, sin precisar el número exacto.
El segundo jefe de la Policía y consuegro de Daniel Ortega, comisionado Francisco Díaz confirmó a través de los medios oficialistas que “hubo un pleito de pandillas” y detalló que los “delincuentes” se enfrentaron a balazos en el barrio Georgino Andrades, ubicado detrás de la UPOLI.
Díaz dijo que los policías no están en la zona de la UPOLI y que más bien se encuentran cuidando el centro comercial Multicentro Las Américas, situado a unos 600 metros de la universidad.
El jefe policial además declaró que “los delincuentes” que ejecutaron el tiroteo se pasean entre el Georgino Andrades, la Colonia Miguel Gutiérrez y la Villa Rafaela Herrera.
Los estudiantes entraron en desesperación mientras se refugiaban en las aulas de la UPOLI y a través de transmisiones en vivo a través de Facebook narraban el horror. “Nos están matando. Nosotros estábamos dispuestos a firmar el acuerdo de paz pero nos mandaron a matar”, narraba una joven en los videos en las redes sociales.
El director jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Gonzalo Carrión calificó la acción como “un crimen internacional”.
“Es un crimen de Estado. (Están) ejecutando a personas, a estudiantes, a jóvenes después del cínico discurso, esa operación, en horas de la noche, incluso que atenta no solo contra los estudiantes, sino contra todos los jóvenes que están en la UPOLI, que no tienen correspondencia en proporción a las armas de guerra, de fuego (que portan las fuerzas de seguridad), se trata de un crimen de Estado”, insistió el defensor de derechos humanos. Carrión llamó a repudiar y denunciar a nivel nacional e internacional este ataque.
Mientras tanto, la Iglesia Católica envió a la UPOLI a dos de sus sacerdotes para que verificaran in situ el estado de salud de los estudiantes y tratar de mediar para que salgan de la universidad.
Falsa apertura a diálogo
A penas seis horas después de que Daniel Ortega derogara el decretazo de la discordia que reformaba la Ley del Instituto de Seguridad Social y que abriera una supuesta mesa de diálogo, a la que invitó a la Conferencia Episcopal, sus fuerzas volvieron a atacar con plomo.
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