[vc_row][vc_column][vc_column_text]Este miércoles el papa Francisco firmó un decreto por el cual se reconoce un milagro realizado por intercesión del arzobispo mártir de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado en 1980, cuando tenía 62 años, por un escuadrón de la muerte de extrema derecha formado por policías y militares vestidos de civiles.
Aunque la beatificación de monseñor Romero ya se había proclamado mediante un decreto por el que se reconocía al arzobispo como mártir por «odum fidei», es decir, que fue asesinado por odio a la fe, el Papa quiso darle un especial reconocimiento a Romero, ya que se reunió este martes con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, para aprobar algunos decretos en el que también se encontraba el del milagro para la canonización del papa Pablo VI.
San Romero y San Pablo VI
De igual manera la oficina de prensa del Vaticano, informó que el papa Pablo VI también será proclamado santo, y aunque no se ha comunicado la fecha de la canonización, esta podría celebrarse a finales del próximo mes de octubre en Roma, al final del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, convocado del 3 al 28 de octubre, según ha adelantado el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. Pablo VI, cuyo pontificado fue de 1963 a 1978, creó el Sínodo de Obispos, las asambleas de los prelados llegados de los cinco continentes al Vaticano.
De esta manera las imágenes de Monseñor Romero y el Papa Pablo VI podrían verse juntas en un acto muy simbólico por parte de la iglesia universal.
Un símbolo en Latinoamérica
Monseñor Romero fue arzobispo de San Salvador desde 1977 hasta el 24 de marzo de 1980, año en que fue asesinado. Al inicio fue considerado un obispo, sin embargo, con el tiempo, cada vez denunciaba con mayor frecuencia las violaciones de los derechos humanos en El Salvador.
El cambio radical de Romero, fue a raíz del asesinato de su íntimo amigo el sacerdote Rutilio Grande, quien siempre denunció las violaciones a los derechos humanos. Años más tarde también morirían el jesuita español Ignacio Ellakuría junto a otros miembros de la Compañía de Jesús que denunciaban la situación en el país donde durante la guerra civil se estima que murieron unos 70.000 salvadoreños.
El papa ecuménico
Por otro lado, al Papa Pablo VI se le recuerda como un hombre de dialogo, fraternidad y reconciliación con otras iglesias cristianas. En la memoria de los católicos sigue viva la imagen histórica del abrazo entre el papa de Roma y el Patriarca Ortodoxo Atenagoras, signo que abrió el camino del dialogo entre las dos grandes iglesias cristianas del mundo después de más de 500 años de la separación entre la iglesia de occidente y la iglesia de oriente.
En el caso de Monseñor Romero, para su canonización según el cardenal Gregorio Rosa Chávez, el milagro atribuido al beato Romero fue la curación de un cáncer en etapa terminal a una mujer.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]