Crímenes de odio, agresiones y desaparición, son los casos de violencia y discriminación que documentó el Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGTBIQ+ en Nicaragua, de la Asociación Feminista La Corriente, en el periodo comprendido entre enero y marzo de 2024.
En enero se documentaron cuatros casos (dos delitos de odio y dos agresiones); en febrero dos casos (un delito de odio y una desaparición) y en marzo tres casos de agresión.
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En Managua se reportaron seis casos; Masaya, Carazo y León uno en cada departamento. Siete de las discriminaciones fueron perpetradas por personas desconocidas, uno por su pareja y uno por un vecino.
Los casos documentados
La violencia y discriminación contra la población LGBT+ se concentró en seis mujeres trans y tres homosexuales, según datos revelados por el Observatorio en su informe. «Las mujeres trans han sido víctimas de formas graves y letales de violencia, lo que aparece como una tendencia durante los últimos años, en donde los trans-femicidios han ido en aumento», menciona.
Dereck José Gómez Tijerino, joven homosexual de 22 años, fue encontrado sin vida el siete de enero del 2024 en el sector de Plaza El Sol, muy cerca de las instalaciones de la Policía Nacional.
Por el delito de odio fue arrestado Kevin José González Matamoros de 27 años como el presunto responsable del crimen, quien luego de las investigaciones fue condenado a 22 años de prisión.
«Josuhara Brown Dixon, mujer trans, fue encontrada sin vida en el río Sábalos, ubicado en el Distrito VI de Managua, con evidentes signos de violencia; sin embargo, el Instituto de Medicina Legal (IML) concluyó que la víctima murió por sumersión. A la fecha, la Policía Nacional no ha brindado ninguna versión oficial de esta muerte», destaca el informe sobre el deceso de Dixon.
Otro delito de odio fue contra «Teresa», una mujer trans de 31 años, que fue encontrada sin vida en un predio baldío de la comarca Villa Nueva, Ciudad Sandino. El hecho ocurrió la tarde del 25 de febrero.
«La víctima realizaba trabajo ambulante como animadora de La Gigantona, una vieja tradición de calle en varias ciudades de Nicaragua. Contrario a las primeras presunciones de suicidio, los familiares de Teresa declararon haber recibido amenazas de muerte, demandado una investigación por parte de la Policía Nacional, dado que por la forma en la que fue encontrada era imposible que ella se hubiera suicidado», señala la organización.
Tres mujeres trans fueron agredidas físicamente por desconocidos. Una de ellas fue golpeada por un hombre que la vio bailar en su centro de trabajo. Otra mujer trans fue golpeada por un desconocido mientras se dirigía a su trabajo.
«… el agresor había merodeado en repetidas ocasiones su lugar de trabajo; al momento del ataque le gritaba: “Cochón hijo de puta, te vas a morir”», refiere el documento.
«Algunas de las personas que transitaban por el lugar y presenciaron la brutal agresión, se limitaron a grabar, mientras otras personas se dispusieron a socorrerla, sin que se tenga noticia de ninguna intervención policial para capturar al agresor», añade.
La organización concluyó que la impunidad y la cultura del silencio son una clara evidencia de la normalización, justificación y reproducción de la violencia que se ejerce en contra de lesbianas, homosexuales, personas trans, bisexuales y no binarias.
«La acción policial continúa siendo ineficiente, tardía, y en algunos casos inexistentes, lo que, sin duda, contribuye al clima de impunidad que prevalece en el país. Frente a ello, se hace cada vez mas urgente cuestionar los prejuicios que como sabemos está en la base de la violencia que sufren aquellos cuerpos que con su sola existencia cuestionan los mandatos de género», concluye.