El sacerdote de origen nicaragüense, Marcos Somarriba, párroco de la iglesia Santa Agatha, en Miami, EE.UU. dedicó su homilía de este domingo 17 de marzo, a pedirle a los feligreses a no desfallecer en la búsqueda de «un mañana mejor para todos», al tiempo que predicó criticando a quienes causan sufrimiento a los pueblos y a los que defienden sistemas opresores o «causas perdidas».
«El que ama se hace vulnerable, el amor nos abre el corazón a ser golpeados, amar a los otros incluye sufrimiento, compasión, solidaridad en el dolor, amar a la patria también incluye sufrir, luchar, no desfallecer y no darse por vencido porque existe un mañana mejor para todos», dijo el sacerdote en su prédica del quinto domingo de cuaresma.
Asimismo, el sacerdote recordó que un pueblo «perseguido y asesinado» es vivo testimonio de la Iglesia de Dios, que mira hacia el rostro de Jesús, «clavado y crucificado por los sistemas que pierden el tiempo protegiéndose y defendiendo lo que saben que tiene caducidad».
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El padre Somarriba predicó que todo sacrificio tiene frutos, y en ese sentido pidió a los católicos: «si tú eres perseguido, encarcelado, duele ser torturado, si eres expulsado y asesinado, duele, pero este dolor es abono, es trigo enterrado que dará fruto para alimentar la vida de un pueblo que paga con sangre su libertad».
El religioso insistió en que los sacrificios por la libertad deben ser inspirados en el más grande ejemplo de sacrificio de la cristiandad al recordar que Jesús ofrendó su vida para suprimir el dolor de otros.
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«Jesús da su vida, es acusado, condenado, injustamente, torturado y crucificado siendo inocente. Jesús también fue oprimido, exiliado, perseguido, acosado, golpeado, torturado y vio que él era semilla de trigo fértil, que caía en la tierra para ser fecundo y dar fruto de libertad, de paz y de justicia», enseño el sacerdote nicaragüense.
De igual manera, el predicador católico reitero que «nosotros», en clara alusión al pueblo nicaragüense, «no podemos perder el norte y pensar que el sacrificio de un pueblo entero, los de adentro como los de afuera, será en vano. Somos semillas de trigo triturado por las injusticias y las injustas circunstancias a manos de los violentos, que defienden con su egoísmo sus propios derechos a imponerse, para mantenerse sobre piedras falsas, sobre terreno arenoso, que tarde o temprano se hundirá», finalizó su enseñanza el sacerdote.