El padre Edwing Román, uno de los religiosos más críticos del régimen de Nicaragua, rechazó la condena a 26 años de prisión que la justicia de Nicaragua le impuso a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa.
Para el expárroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya, los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo «están rabiosos de envidia, al igual que «fariseos ante Jesús».
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Atreves de su cuenta de Twitter, Román resaltó que la envidia de Ortega por «los pastores que son amados por su pueblo» hizo que inventara delitos en contra del también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí.
Aludiendo a la pareja presidencial que ha declarado abiertamente la «guerra» a la Iglesia Católica, el sacerdote escribió un nuevo tuit señalando que «estos dos trastornados, cada día superan a su propio odio».
Desde su exilio en Estados Unidos, el padre Román hizo un llamado al arrepentimiento a los gobernantes nicaragüenses. «Daniel Ortega y Rosario Murillo: ¡Arrepiéntanse!».
Más de 26 años de prisión para monseñor Álvarez
Según la sentencia contra monseñor Álvarez, la dictadura lo condenó a 26 años y cuatro meses por los delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravada, desobediencia y desacato a la autoridad.
Por el delito de menoscabo a la integridad nacional, el religioso fue condenado a 15 años de prisión, a 5 años por el delito de propagación de noticias falsas, otros 5 años y 4 meses por el delito de obstrucción de funciones agravada y 1 año por el delito de desacato a la autoridad en perjuicio del Estado de Nicaragua.
Además, fue sancionado con 800 días multa (56.461,15 córdobas o 1.555 dólares).
«Las penas de prisión impuestas serán cumplidas de forma sucesiva: 26 años y 4 meses de prisión», según la sentencia, en la que se establece que el obispo permanecerá en prisión hasta el 13 de abril de 2049.
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El obispo tenía previsto enfrentar el juicio el próximo 15 de febrero, sin embargo fue adelantado después que el jerarca se negara a subir a un avión con otros 222 prisioneros.
En menos de 48 horas la dictadura de Nicaragua desterró hacia Estados Unidos a presos políticos, condena a monseñor Álvarez y continúa la represión en el país.