El régimen de Daniel Ortega se prepara para llevar a los juzgados al sacerdote Óscar Benavidez Dávila, párroco de la iglesia Espíritu Santo, de Mulukukú; municipio de la Región autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua. El juicio está programado para el 16 de enero.
Benavides Dávila es señalado de supuestamente conspirar para cometer menoscabo a la integridad nacional y de propagar noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación. Su caso estará a cargo de Nancy Aguirre Gudiel, titular del Juzgado Décimo de Distrito Penal de Juicio de Managua, quien programó inicio de juicio para el próximo mes a las 9 de la mañana, en el Complejo Judicial de la capital.
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Este lunes, 12 de diciembre, el religioso cumple 50 años, pero esta vez desde las celdas del Sistema Penitenciario de Tipitapa «Jorge Navarro», tras haber sido capturado el 14 de agosto de 2022, día de la tradicional Gritería chiquita.
El sacerdote Benavidez es originario de San Isidro, Matagalpa, tenía un poco más de tres meses al frente de la parroquia Espíritu Santo, en Mulukukú. Sus feligreses han expresado que es una persona muy querida en el pueblo.
Benavidez fue el tercer religioso secuestrado por la dictadura orteguista; los primeros fueron monseñor Leonardo Urbina y el padre Manuel Salvador García. El primero es acusado de supuestamente haber violado a una menor de 12 años y el otro de haber agredido a una mujer y amenazado a militantes sandinistas.
En agosto la Policía recrudeció la represión contra la Iglesia católica, encerrando sacerdotes, cerrando medios de comunicación e instituciones religiosas. Además de impedir la libertad de culto.
La dictadura de Nicaragua se ha ensañado contra la Iglesia católica. A los sacerdotes y obispos los ha tildado de «diabólicos» y «traidores». Poco a poco, Ortega ha ido engrosando la lista de sacerdotes presos, hasta el momento son más de diez religiosos que están siendo parte de procesos judiciales en su contra y dos ya fueron condenados.