Después de dos semanas en retiro espiritual fuera de Estados Unidos, monseñor Silvio Báez, obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, se sumó a la condena generalizada por el secuestro de facto ejecutado por la dictadura de Daniel Ortega contra monseñor Rolando Álvarez.
El obispo de la Diócesis de Matagalpa cumple nueve días de estar encerrado en la Curia Episcopal, junto a cinco sacerdotes y cinco laicos, luego que la Policía informara que «está siendo investigado» por «promover zozobra en la población».
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«Condeno el secuestro de mi hermano Mons. Rolando Álvarez de parte de la dictadura de Nicaragua. Estoy cerca de él con mi cariño y mi oración», expresó el jerarca religioso a través de su cuenta de Twitter Silvio José Báez.
Enfatizó que Álvarez «es una luz que brilla en las tinieblas, que las tinieblas no podrán apagar (cf. Jn 1,5)». Además exigió que «¡él y quienes lo acompañan deben ser liberados!».
Silvio Báez y Rolando Álvarez fueron mediadores por parte de la Iglesia católica en el primer intento de diálogo nacional en 2018, durante las protestas sociales contra el régimen de Daniel Ortega; ambos expresaron su cercanía para con los estudiantes que le demandaron al dictador Daniel Ortega el cese de la represión y muerte contra civiles que habían salido a las calles.
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El 23 de abril de 2019, Báez tuvo que salir de Nicaragua; lleva tres años de exilio forzado, luego de recibir amenazas de muerte en su contra, mientras que monseñor Álvarez se ha mantenido en el país, resistiendo la «embestida» de la Policía, paramilitares y simpatizantes orteguistas, las que se recrudecieron desde el cuatro de agosto de este año.
El obispo de Matagalpa ha llamado a la población nicaragüense a seguir en oración, no tener odio en sus corazones y sobre todo no olvidarse de él ni de las personas que lo acompañan en la Curia.