El exembajador del régimen orteguista ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, aseguró a la prensa católica española que las ofensas que Rosario Murillo lanza en contra de obispos y sacerdotes está causando dolor en la población nicaragüense.
“Como le dije anteriormente, hay ciertas cosas que no se hablan en el Gobierno. En otras ocasiones, nadie te escucha cuando uno quiere hablar. Lo que sí sé es que con acciones de este tipo se está lastimando la fe de la gente. Mi país es un país de fe y, ante cosas como estas, la gente sufre. Todo esto está calando muy hondo en la población”, dijo McFields al referirse sobre la expulsión de facto impuesta por el gobierno de Managua al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag en entrevista con el semanario Alfa y Omega del Arzobispado de Madrid.
Para el exdiplomático, su fe religiosa le ayudó a desligarse del régimen de Managua y abrirse a la posibilidad de denunciar abiertamente el autoritarismo de la familia presidencial Ortega-Murillo.
“Creo que había llegado el momento de posicionarse en línea con mis valores y principios cristianos. Sentía una lucha espiritual interna muy grande, pero el aumento del nivel de crueldad hacia las personas que están presas fue la gota que colmó el vaso. Y tomé esta decisión, aunque sabía que eso iba a significar dar un futuro incierto a mi familia y perdía, además, la posibilidad de volver a mi país”, explicó McFields al periodista español José Calderero de Aldecoa.
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Para el hoy exembajador, en Nicaragua se está gestando una “revolución de la esperanza” y pidió nuevamente el fin de los malos tratos y las torturas que están padeciendo los presos de conciencia en las cárceles del régimen orteguista.
“Ha comenzado una revolución de la esperanza. Hay mucho deseo de cambio, sobre todo en lo que se refiere a la situación de los presos. Un tema central es que se ponga final al maltrato y a la tortura, y su puesta en libertad”, indicó.
Monseñor Báez, «un profeta»
En su entrevista, Arturo McFields reivindicó la figura de los obispos y sacerdotes de la Iglesia católica, quienes han acompañado a la población durante estos cuatro años de crisis sociopolítica, iniciada en abril de 2018.
“Gracias a líderes (religiosos) como Silvio Báez, el cardenal Brenes o a personas de la iglesia protestante que han dado palabras de aliento. Pero, sobre todo, Silvio Báez, que ha hablado como un profeta contra el poder y la dictadura. No con odio, sino con esperanza y fe. Se está generando un cambio, pero no desde el odio, sino desde la esperanza y la fe. Y ahí estamos, creyendo que Dios puede derrotar a los poderosos gigantes que se alzan en este mundo. Creo que estos ataques (a la Iglesia Católica) fortalecido la fe de la gente. Es algo extraordinario”, finalizó el exdiplomático.