El nepotismo en la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo se reafirma con el Acuerdo Presidencial 68-2025, publicado este lunes 12 de mayo en La Gaceta Diario Oficial, donde se otorgan plenos poderes a su hijo Laureano Facundo Ortega Murillo para actuar en nombre y representación del Gobierno de Nicaragua y firmar un nuevo Memorándum de Entendimiento con la empresa China CAMC Engineering Co. Ltd., esta vez para el desarrollo agrícola en el país.
El acuerdo, fechado el 9 de mayo y firmado por Ortega y Murillo como «co-presidentes» de la República, delega formalmente en Laureano Ortega la facultad de suscribir el documento con la empresa estatal china, sin ofrecer ningún detalle sobre el contenido del memorándum, el tipo de financiamiento que implicaría, ni las obligaciones que estaría adquiriendo Nicaragua. La certificación del acuerdo presidencial es, según el propio documento, suficiente para acreditar la representación plena de Laureano Ortega ante la contraparte internacional.
China CAMC Engineering Co. Ltd. no es una desconocida en el esquema de alianzas de la dictadura. La misma empresa ya aparece vinculada a proyectos multimillonarios firmados en nombre de Nicaragua sin transparencia ni consulta pública. Entre ellos, el financiamiento por 403 millones de dólares para la reconstrucción, ampliación y mejoramiento del aeropuerto internacional Punta Huete, un proyecto cuya ejecución real permanece en la opacidad. Asimismo, CAMC fue señalada como proveedora de un crédito de al menos 33 millones de dólares para el proyecto del Sistema Nacional de Respuesta ante Emergencias (SINAPRED), parte de un acuerdo denominado como «Facilidad de Crédito» sin mayores detalles públicos.
Con estos antecedentes, la empresa ya habría comprometido más de 436 millones de dólares en supuestos préstamos para obras estratégicas, gestionados directamente por Laureano Ortega en nombre del régimen y sin ningún tipo de control o fiscalización ciudadana.

Ahora, bajo esta nueva figura de «plenos poderes», el hijo de los dictadores vuelve a ser habilitado legalmente para sellar acuerdos internacionales en nombre del Estado de Nicaragua, sin ostentar ningún cargo electo ni haber sido sometido a escrutinio público. Laureano Ortega, quien se presenta oficialmente como asesor presidencial para las inversiones, comercio y cooperación internacional, es en la práctica el operador clave de la dictadura ante las esferas económicas de regímenes autoritarios como China y Rusia, articulando alianzas que podrían comprometer la soberanía económica del país.
El acuerdo con CAMC para el desarrollo agrícola se suma a una larga lista de pactos secretos que el régimen ha suscrito con corporaciones chinas en sectores sensibles como infraestructura vial, energía solar, agua potable, telecomunicaciones, puertos y aeropuertos. Ninguno de esos contratos ha sido divulgado íntegramente, y se desconoce bajo qué condiciones de pago, garantías o concesiones se ha negociado el endeudamiento.
Analistas financieros tanto nacionales como de organismos internacionales como el Diálogo Interamericano han alertado sobre el uso del aparato estatal por parte del régimen de Ortega-Murillo para consolidar redes de control familiar sobre los principales flujos financieros del país y, en paralelo, someter a Nicaragua a las dinámicas de influencia geopolítica impulsadas por potencias como China y Rusia, a espaldas del pueblo nicaragüense y en medio de una represión que ha silenciado todas las voces disidentes.
Otros plenos poderes otorgados a Laureano Ortega
Este no es el primer decreto mediante el cual la dictadura sandinista otorga a Laureano Ortega Murillo la potestad de actuar legalmente en nombre del Estado de Nicaragua ante gobiernos y empresas extranjeras. En reiteradas ocasiones, Daniel Ortega y Rosario Murillo han firmado acuerdos presidenciales similares para delegar en su hijo la representación oficial del país, desplazando al canciller Valdrack Jaentschke y relegando al cuerpo diplomático a un rol meramente decorativo.
El Acuerdo Presidencial 239-2023, publicado en La Gaceta el 14 de noviembre de 2023, facultó a Laureano Ortega a representar al régimen en actividades culturales promovidas por Rusia. En ese caso, el hijo de los dictadores fue designado como firmante del «Acuerdo de Cooperación entre el Conservatorio Estatal Tchaikovsky de Moscú y el Teatro Nacional Rubén Darío de Nicaragua», en su calidad de «asesor presidencial para la promoción de las inversiones, comercio y cooperación internacional».
Meses después, el 9 de julio de 2024, fueron publicados en La Gaceta los acuerdos 106-2024 y 107-2024, mediante los cuales Daniel Ortega volvió a otorgar «plenos poderes» a Laureano para firmar un memorándum de entendimiento entre China y Nicaragua sobre cooperación y desarrollo para los años 2025-2027, coordinado con la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la República Popular China. El régimen volvió a justificar entonces que la certificación de esos acuerdos era suficiente para acreditar a Laureano como representante oficial del Estado.