La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa afianzando su alianza estratégica con China como principal sostén económico y político internacional. Este domingo 11 de mayo, en el marco de la IX Reunión Ministerial del Foro China-CELAC, una delegación encabezada por Laureano Ortega Murillo firmó una serie de contratos con empresas chinas en los sectores de telecomunicaciones, transporte, logística y defensa, consolidando un patrón de creciente dependencia de Managua hacia Pekín.
La información oficial divulgada por el régimen confirma la firma de un contrato con la empresa POLY Technologies, reconocida por sus vínculos con el aparato militar chino, para el «suministro de equipos para el Ejército de Nicaragua» con el argumento de «fortalecer la defensa de la soberanía y la paz». Este tipo de acuerdos, sin transparencia ni control legislativo, levanta preocupaciones en torno a los riesgos para la seguridad regional y el posible reforzamiento del aparato represivo nicaragüense, en un país donde el Ejército ha sido señalado por organismos internacionales como cómplice de crímenes de lesa humanidad.
La delegación, integrada por funcionarios de alto nivel como el canciller Valdrack Jaentschke, el presidente del Banco Central Ovidio Reyes y el inspector general del Ejército, general Marvin Corrales, también firmó contratos con Huawei y ZMJ para un proyecto de conectividad digital que busca ampliar la infraestructura de telecomunicaciones. A esto se suma un acuerdo con CCSI (China Communications Services International) para la implementación de plataformas logísticas inteligentes en el puerto de Corinto, y otro con YUTONG para el suministro de autobuses y maquinaria de limpieza.
El régimen no ha hecho públicos los términos específicos de estos convenios, limitándose a informar de manera genérica sobre sus alcances, lo que deja sin acceso a la ciudadanía nicaragüense y a la comunidad internacional a los detalles de compromisos financieros, concesiones o cláusulas vinculadas a seguridad y vigilancia digital. Esta opacidad ya se ha convertido en una práctica sistemática en la relación con China desde que Ortega rompió relaciones con Taiwán y se alineó con Pekín en diciembre de 2021.
Además de los contratos ya firmados, los funcionarios nicaragüenses, dice la información publicada en sus medios de propaganda, sostuvieron reuniones con las compañías HUADIAN y POWERCHINA, interesadas en reactivar los proyectos hidroeléctricos de Tumarín y Mojolka, así como con empresas mineras, bancarias e industriales del entorno de la Cámara de Comercio Nicaragua-China. Otra vez, no hay detalles de esas gestiones.
El refuerzo de esta relación bilateral ocurre mientras Nicaragua ha sido sancionada por Estados Unidos y la Unión Europea por violaciones sistemáticas a los derechos humanos, y tras haber sido señalada como un Estado autoritario que opera con prácticas de represión, vigilancia y militarización de la vida civil. La cooperación con empresas tecnológicas chinas, especialmente aquellas como Huawei, ha sido cuestionada en otros países por facilitar esquemas de vigilancia masiva y control sobre las comunicaciones, una tendencia que es cada vez más notoria en la dictadura sandinista.
Con estos nuevos contratos, el régimen sandinista no solo asegura el soporte de uno de sus pocos aliados internacionales, sino que consolida un modelo de gobernanza basado en el autoritarismo, la militarización, la opacidad financiera y el abandono de las garantías democráticas.
Es necesario recordar, sin embargo, que aunque la dictadura está interesada en mostrar como que China está interesada en soltar millones de dólares a una tiranía corrupta como la de Managua, lo cierto es que la supuesta ayuda china tampoco es a borbollones.
En meses pasados, por ejemplo, el régimen sandinista informó con algarabía que una empresa china financiaría más de 400 millones de dólares para la construcción del aeropuerto Punta Huete y la propaganda gubernamental lo ha presentado como la panacea en la aviación regional. No obstante, semanas después de esa supuesta firma del convenio con los chinos, el ministro de Transporte e Infraestructura de Nicaragua, Oscar Mojica, apareció en otra conferencia de prensa con el embajador de Bielorrusia en Nicaragua, concurrente desde Cuba, y le ofreció a este país la posibilidad de invertir en la construcción del mismo aeropuerto.