El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo oficializó este 23 de abril de 2025 el nombramiento de la exdirigente de la Juventud Sandinista (JS), Darling Carolina Ríos Munguía, como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de Nicaragua ante el Gobierno de Honduras. La designación fue publicada en el Acuerdo Presidencial número 57-2025 en La Gaceta, Diario Oficial, aunque el decreto fue firmado desde el 11 de abril, en plena semana de vacaciones de la estructura estatal.
Ríos Munguía es una operadora política del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde su adolescencia. Se formó en las filas de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES), donde comenzó su carrera pública como activista estudiantil. En la década de los 2000 se convirtió en rostro visible de la Juventud Sandinista, especialmente durante actos partidarios encabezados por Rosario Murillo.
Fue presidenta de la FES a nivel nacional, destacándose por su cercanía con la estructura de propaganda oficialista. Su rol como promotora de la JS le permitió ocupar cargos en diferentes instituciones del Estado: fue ministra de la Juventud, ministra de la Mujer y también procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, una instancia que en los últimos años ha sido cuestionada por su pasividad ante la represión estatal.
En el plano diplomático, Ríos comenzó a ser premiada con cargos en el exterior desde 2024. Fue nombrada embajadora de Nicaragua en Angola y posteriormente embajadora concurrente ante Guinea Ecuatorial. Además, se desempeñó como encargada de negocios en República Dominicana. Sin embargo, en agosto de 2024, Ortega revocó sus nombramientos en África sin explicación oficial, en una serie de movimientos que también afectaron a otros diplomáticos leales al régimen.
El reciente nombramiento de Ríos en Honduras ocurre semanas después de que el régimen destituyera a la anterior embajadora, Iris Audelly Acuña Huete, y al cónsul general Walter Antonio Meza Zambrana, tras una fricción diplomática con Tegucigalpa. Esto coincidió con la celebración de la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cuyo documento final no fue respaldado por Nicaragua.
Rosario Murillo, vicepresidenta y vocera oficial, anunció el pasado 10 de abril que ya se había solicitado el beneplácito al gobierno de Xiomara Castro. En tanto, el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, afirmó que el cambio fue interpretado inicialmente como una «retirada» de la misión diplomática, pero que en realidad correspondía a una rotación habitual de personal.
La embajada en Honduras es una de las pocas representaciones donde el régimen mantiene una relación fluida, debido a la cercanía ideológica entre ambos gobiernos. El ascenso de Ríos confirma la práctica sostenida del régimen de premiar a cuadros partidarios —en particular a ex mientros de la JS— con puestos diplomáticos estratégicos, sin importar su raquítica experiencia técnica o preparación en política exterior.
Con esta nueva designación, Darling Ríos regresa al cuerpo diplomático en un contexto regional complejo, en el que Ortega busca afianzar sus alianzas políticas frente al creciente aislamiento internacional.