Bryan Rogelio Cruz Calderón, uno de los 222 presos políticos desterrados por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo el 9 de febrero de 2023, fue encontrado muerto en su apartamento en San Francisco, California. La noticia fue confirmada por la activista nicaragüense Anita Wells y por el también desterrado cronista deportivo Miguel Mendoza.
Cruz Calderón, de origen campesino y procedente de la comunidad El Dorado, en Jinotega, fue uno de los presos políticos más brutalmente torturados por las fuerzas represivas del régimen. El 30 de agosto de 2018, durante la arremetida estatal contra las protestas cívicas, fue capturado por policías y paramilitares, quienes le dispararon en la pantorrilla y luego lo sometieron a tortura sexual con cuchillos, dejándole graves lesiones físicas y psicológicas.
«Lamento la muerte de Bryan Rogelio Cruz Calderón, que vino en el avión de los 222 en febrero de 2023. Rogelio vivía en California, y según la información conseguida, fue encontrado muerto en su apartamento. En Nicaragua, durante su cárcel, fue brutalmente torturado por los esbirros de la dictadura Ortega y Murillo, desde que fue secuestrado por salir a protestar hace siete años», escribió Mendoza en su cuenta de X.
Tortura y castración
Cruz fue una de las víctimas de tortura más estremecedoras documentadas por organismos de derechos humanos como la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH). En 2018 denunció ante la CPDH que policías lo castraron con un cuchillo y le introdujeron el arma blanca en el ano, mientras lo insultaban y se burlaban de su dolor.
«Me rajaron la boca, me comenzaron a meter el cuchillo en mis partes íntimas, me sacaron mis testículos, me preguntaron si sentía rico cuando me metían el cuchillo», relató en su testimonio ante la CPDH, señalando directamente a los policías Martín García y Ervin López como parte del grupo de torturadores.
Cruz fue interrogado y torturado en el municipio de Pueblo Nuevo, Estelí. «Un sitio donde nadie podía escuchar mis gritos», narró el exprisionero político en aquel entonces.
«Dos oficiales me agarraron de las piernas mientras estaba esposado. Otro se subió encima de mí, y con un cuchillo me desgarró el ano», narró Cruz Calderón conmovido. «El policía después me abrió mi huevo (testículo) izquierdo y me preguntaba qué sentía, que si me dolía cuando me cortaba…», agregó, según recoge el periodista Wilfredo Miranda Aburto, para la Agencia Anadolu.
Miranda relató que Cruz fue atacado mientras jugaba con su hija bebé. Fue capturado en su casa por paramilitares encapuchados, llevado a un sitio montañoso donde fue castrado y apuñalado. «Con el cuchillo le abrieron sus partes íntimas y lo apuñalaron en la barriga», denunció su hermana Antonia Cruz a través de ese despacho noticioso.
Tras ser llevado moribundo al hospital ‘Victoria Motta’ de Jinotega, la familia descubrió el alcance de las heridas. «Cuando ella le quitó la ropa interior para lavarle la mugre y la sangre adherida a su piel, vio el daño en los genitales y el abdomen», reportó el periodista nicaragüense en aquella ocasión.
En prisión y sin atención médica
Pese a la gravedad de sus lesiones, Cruz fue acusado de participar en los tranques y condenado. En abril de 2019 fue liberado, pero volvió a ser detenido el 23 de junio de ese mismo año y condenado por tentativa de homicidio y robo agravado, un patrón de criminalización común contra opositores. Desde prisión, envió audios suplicando atención médica: «Tengo un balazo en mi pierna que me causa un dolor fuerte que no me deja dormir, y no me han llevado a ningún lado. Más una hernia que no me deja dormir, una pelota que cada día está más grande. Pido que me ayuden».
Su madre, doña Esperanza Rodríguez, denunció públicamente el caso en octubre de 2019 ante la oficina de los Abogados del Pueblo: «A mi hijo me lo agarraron, me lo golpearon, me lo patearon, me lo robaron a la camioneta, embrocado. Le quitaron la ropa, le pusieron un chorro de agua. Me le rajaron su barriga, me le pegaron cuatro balazos, y todavía me lo torturan. Yo lo que quiero es que me den la libertad y que me ayuden, que me ayuden en ese caso. Estoy muy pobre, no tengo con qué llevarle alimento, ni con qué pagar un abogado».
La denuncia de la madre del campesino opositor, fue cubierta en aquel momento por Artículo 66 en una transmisión en vivo.

Durante su encarcelamiento en el Sistema Penitenciario de Estelí, su estado de salud continuó deteriorándose. El 1 de diciembre de 2022, la página Prohibido Olvidar Me dueles Nicaragua publicó una alerta: «Brayan Rogelio Cruz Calderón, después de haber sido secuestrado y torturado, fue entonces cuando le cortaron los testículos y el ano. Aun se encuentra en el Sistema Penitenciario de Estelí donde su salud es deplorable. Tenía una colostomía. Está pidiendo auxilio que lo atiendan médicamente porque ya no aguanta».
Destierro y muerte en el exilio
Cruz fue excarcelado y desterrado hacia Estados Unidos el 9 de febrero de 2023. A su llegada a California fue recibido por la activista Anita Wells, quien lo acompañó en sus primeros días. Vivía en San Francisco, trabajaba en un restaurante, recibía asistencia médica, visitaba a un psiquiatra y había sido sometido a cirugías para reparar daños en el colón producto de la tortura sexual.
Su muerte ocurrió en circunstancias aún no esclarecidas. Fue encontrado sin vida en su apartamento. La noticia ha consternado a la comunidad nicaragüense en el exilio y ha vuelto a poner en el centro de la atención internacional las secuelas profundas que dejó la represión en Nicaragua.
El caso de Bryan Rogelio Cruz Calderón es uno de los más extremos en cuanto a tortura sexual y violencia institucional. Su historia es también un testimonio de la crueldad con la que el régimen de Ortega y Murillo ha castigado la disidencia, y del abandono en el que muchos de estos sobrevivientes han quedado en el exilio.