Una familia nicaragüense en Estados Unidos confirmó que su pariente, quien había sido reportado como desaparecido, en realidad se encuentra bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), tras ser detenido en una de las recientes redadas anti-inmigrantes impulsadas por el gobierno de Donald Trump.
La organización Texas Nicaraguan Community (TNC) informó sobre el caso a través de sus plataformas, señalando que el afectado fue localizado en un centro de detención. La familia había perdido contacto con él hace varios días, lo que generó una intensa búsqueda en redes sociales. Sin embargo, tras las gestiones realizadas por TNC y allegados, se confirmó que su desaparición estaba relacionada con los operativos de ICE.
Crisis de detenciones e incomunicación de migrantes
Texas Nicaraguan Community, que durante años ha apoyado a migrantes en situación de vulnerabilidad, ha advertido que la creciente ola de arrestos ha superado su capacidad de documentar y localizar a personas desaparecidas.
El pasado 7 de marzo, la organización alertó en sus redes sociales: «Las leyes migratorias están duras y las detenciones están incomunicando a las personas. Por tal razón hemos recibido una gran cantidad de reportes de desaparecidos. Dado estas circunstancias, NO podemos apoyar a ubicarlos».
Esta situación ha generado una crisis de incertidumbre entre las familias de los migrantes detenidos, muchas de las cuales pasan semanas sin información sobre el paradero de sus seres queridos.
Deportaciones exprés
Las recientes redadas han coincidido con la aplicación de «deportaciones aceleradas», una política que permite a ICE expulsar rápidamente a inmigrantes indocumentados sin necesidad de un proceso judicial prolongado. Aunque esta medida fue diseñada originalmente para zonas fronterizas, la administración Trump la ha extendido a nivel nacional, afectando a personas que han residido en EE.UU. por menos de dos años.
Como parte de esta política, el gobierno ha incrementado la capacidad de los centros de detención migratoria. Según reportes, se han reabierto instalaciones en Texas y Nueva Jersey, y se evalúa la posibilidad de utilizar bases militares como Fort Bliss, en El Paso, para albergar a miles de migrantes antes de su deportación.
Esta situación ha generado preocupación entre organizaciones defensoras de derechos humanos, que alertan sobre posibles violaciones a los derechos de los detenidos y la separación de familias. Mientras tanto, las comunidades de migrantes siguen enfrentando incertidumbre, y las organizaciones de apoyo, como Texas Nicaraguan Community, han expresado su frustración ante la imposibilidad de continuar ayudando en la localización de personas desaparecidas.