La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) informó que ha intensificado gestiones internacionales en favor de un grupo de alrededor de 40 nicaragüenses desterrados a Guatemala, quienes forman parte de las 135 personas exiliadas forzosamente en septiembre de 2024. Este grupo ha enfrentado obstáculos para ser reasentado en Estados Unidos, tras haber sido despojados de su nacionalidad por el régimen de Daniel Ortega.
En un comunicado oficial, la organización opositora destacó que su Consejo Político ha sostenido reuniones con representantes de instituciones estadounidenses y con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
«Al mismo tiempo que hemos expresado nuestro agradecimiento por las gestiones realizadas y las situaciones ya resueltas, hemos señalado con total claridad la dramática situación de quienes se encuentran en estado de incertidumbre: sin una situación migratoria regularizada, despojados de su nacionalidad y bajo el riesgo de que se les suspenda la ayuda humanitaria», dice parte de la nota de prensa publicada por la UNAB.

El organismo opositor fundado al calor de la rebelión de abril en 2018 y que ahora se encuentra con todo su liderazgo en el exilio o desterrado por el régimen de Managua, agregó que confían en que «se encontrará una solución a la actual situación y que la comunidad internacional, así como los gobiernos de países amigos comprometidos con el respeto a los derechos humanos, responderán positivamente».
Los desterrados, que incluyen exprisioneras políticas, activistas y opositores al gobierno nicaragüense, permanecen en un estado de incertidumbre, sin una solución migratoria definitiva. La UNAB agradeció las gestiones ya realizadas en algunos casos, pero subrayó la urgente necesidad de atención internacional para este grupo que enfrenta alta vulnerabilidad.
El caso de los desterrados en Guatemala se suma a las crecientes denuncias de violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, donde el régimen ha intensificado su represión contra voces críticas.
En total, según recuento de los mismos afectados que todavía permanecen en Guatemala, de los 135 que fueron desterrados, al menos 37 fueron rechazados por Estados Unidos. Sin embargo, además de estos «titulares», también fueron desestimadas algunas solicitudes de hijos o parejas que se habían trasladado a Guatemala para realizar la petición como núcleo familiar con sus parientes expulsados desde Managua.
Por tanto, la sumatoria total de nicaragüenses víctimas de persecución por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y que habrían sido rechazados para ser reasentados en Estados Unidos ronda los 59.
«Agradecemos al gobierno de Guatemala por habernos abierto las puertas en un momento de extrema necesidad; sin embargo, no elegimos a Guatemala como destino final, desde un inicio, nuestro principal objetivo fue tramitar la solicitud de refugio en un tercer país, a pesar de cumplir con los requisitos de la OIM y ACNUR para el refugio en EEUU, 37 titulares, dos esposas y 13 niños fueron rechazados», dijo la activista Mayela Campos a través de un video que difundieron por las redes sociales.

Las razones de su negación de asilo, según las jóvenes activistas, «coinciden con las mismas acusaciones injustas» que las llevaron a ser perseguidas por el régimen de Ortega-Murillo. «Es alarmante que las razones de estas negaciones coincidan con las mismas razones que nos llevaron a ser perseguidos y encarcelados en Nicaragua, perpetuando así la narrativa de la dictadura», dice.
El grupo rechazado creó una comisión que se encargará de exponer su situación ante el gobierno de EE.UU., la OIM y ACNUR, además de solicitar a la OIM y ACNUR el mantenimiento de alojamiento, alimentación y servicios de salud. Actualmente, el grupo de denegados busca asesoría legal para apelar la decisión de la Oficina de Migración y Seguridad de Estados Unidos.