El máximo representante de la Iglesia católica, el papa Francisco, durante su tradicional discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, en Roma, dijo estar preocupado por las medidas que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue adoptando contra personas e instituciones religiosas en Nicaragua.
«Pienso finalmente en Nicaragua, donde la Santa Sede está siempre dispuesta a un diálogo respetuoso y constructivo. Sigo con preocupación las medidas adoptadas con respecto a personas e instituciones de la Iglesia», afirmó el Pontífice.
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Las declaraciones del pontífice ocurren tras un año en el que el régimen sandinista arreció sus ataques contra la Iglesia católica de Nicaragua, expulsando jerarcas como monseñor Carlos Herrera, obispo de la Diócesis de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, y monseñor Isidoro Mora, obispo de la Diócesis de Siuna.
Aboga por la libertad religiosa en Nicaragua
Francisco, ante la sistemática persecución de la dictadura orteguista a quienes profesan la fe católica en Nicaragua, también dijo «hacer votos» para que en el país «se garanticen adecuadamente a todos la libertad religiosa y los demás derechos fundamentales».
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«Efectivamente, no hay verdadera paz si no viene garantizada también la libertad religiosa, que implica el respeto a la conciencia de los individuos y la posibilidad de manifestar públicamente la propia fe y pertenencia a una comunidad», resaltó el representante de la Iglesia desde el Vaticano.
El informe «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?», elaborado desde el exilio por la abogada Martha Patricia Molina, en la sexta actualización que tuvo en diciembre pasado, detalla las agresiones contra la institución religiosa desde 2018, cuando el régimen Ortega-Murillo inició su ofensiva contra el clero católico, que acusó de apoyar un supuesto golpe de estado, en represalia por su apoyo a los manifestantes que exigían libertad, justicia y democracia.
El documento detalla que entre 2018 y 2024, el régimen sandinista perpetró 971 ataques contra la Iglesia católica. Entre estos se registraron 348 actos de represión contra religiosos; 244 ataques, asedios e impedimentos contra templos y edificios religiosos; 101 robos y profanaciones; 97 actos de represión contra laicos; 88 pintas y mensajes de odio; 74 cierres de organizaciones sin fines de lucro, medios de comunicación, proyectos y obras sociales; y 19 confiscaciones de bienes.