En un corto y escueto mensaje y como un acto «hipócrita» la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo envió su solidaridad al mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien también le desearon una pronta recuperación tras haber sido intervenido de urgencia este lunes pasado, pese a llenarlo de insultos a mediados de año.
«Desde Nicaragua bendita y siempre libre te saludamos en estos momentos delicados, deseando tu más pronta recuperación, desde nuestros lazos históricos de hermandad y solidaridad nuestra americana y caribeña», publicó en un comunicado el gobierno orteguista.
Lula, de 79 años, fue operado de emergencia para drenarle un hematoma en la cabeza, producido por un movimiento del cerebro tras una caída en su baño el día sábado, pero fue hasta el lunes pasado que comenzó a presentar dolores de cabeza por lo que fue sometido a una intervención médica.
Según los médicos del hospital Sirio-Libanés en Sao Paulo, Lula se encuentra «lúcido» y «hablando» después de pasar la noche en el hospital sin problemas; sin embargo, permanecerá en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) hasta este jueves para cumplir con las 48 horas de precaución.
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En agosto pasado, Durante su intervención en la cumbre virtual con jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Ortega llamó «arrastrado» y de querer ser el «representante de los yanquis» en América Latina a su homólogo de Brasil.
«Si querés que te respete, respétame, Lula. Si querés que te respete el pueblo bolivariano, respetá la victoria del presidente Nicolás Maduro y no estés ahí, de arrastrado», dijo el dictador nicaragüense en contra del brasileño, que se negó a aceptar la cuestionada victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales en Venezuela.
Ese mismo mes, el embajador de Brasil en Nicaragua, Breno de Souza Brasil Días da Costa, salió del país tras ser expulsado por el Gobierno de Ortega, de acuerdo con la versión oficial, por no asistir al acto de celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio.
El Gobierno de Lula también decidió expulsar a la embajadora de Nicaragua, Fulvia Castro.