La persecución que perpetra y sostiene el régimen Ortega-Murillo contra la Iglesia católica es cada vez peor en Nicaragua. La feligresía ahora también es reprimida al no permitirles la presencia de sacerdotes que unjan sus enfermos dentro de los hospitales públicos del país.
La abogada Martha Patricia Molina, investigadora sobre la persecución religiosa en Nicaragua, a través de sus redes sociales, denunció que «nada sigue normal» en el país.
Señaló que en la última semana un sacerdote tuvo que salir a exilio producto de la persecución policial que le fue impuesta por el orteguismo, y que en «los hospitales están prohibiendo el ingreso de sacerdotes para que lleven los Santos Óleos para la unción de enfermos».
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Los Santos Óleos son tres aceites consagrados generalmente por obispos de la Iglesia católica, uno de estos el óleo de los enfermos, también conocido como extrema unción, se aplica a personas que están gravemente enfermas y, en algunos casos, cuando ya se conoce que estos están a la espera de su muerte.
Dicho óleo de los enfermos es aplicado por los sacerdotes en las manos y frente del enfermo, les traza una cruz y, seguidamente, reza por la sanación y consuelo del enfermo, y el perdón de sus pecados.
Molina apuntó también que las religiosas siguen siendo acosadas por el régimen orteguista, al igual que los familiares de sacerdotes en el exilio, que están «en extrema vigilancia».
El funcionario estadounidense Marco Rubio, senador del Partido Republicado del Estado de Florida, en Estados Unidos, a inicios de este mes, justamente por la persecución que se sufre en Nicaragua, también condenó «la brutal persecución contra los cristianos, especialmente contra los católicos romanos», a través de una publicación en su cuenta de X.
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Rubio compartió datos del informe ¿Perseguidos y olvidados?, elaborado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, en el que se ubica a Nicaragua como uno de los 18 países del mundo donde se sufre una grave persecución religiosa.
La abogada Molina en los últimos años ha venido actualizando su investigación «Nicaragua, ¿una Iglesia perseguida?», que recoge las evidencias de la persecución religiosa que experimenta la nación desde abril de 2018 hasta julio de 2024. Recoge más de 800 agresiones contra la Iglesia católica, que incluye el destierro de más de 150 sacerdotes, cierre de decenas de organizaciones sin fines de lucro y medios de comunicación vinculados a la labor de la Iglesia, además del robo de sus bienes.