El pasado 17 de agosto, la vicedictadora Rosario Murillo anunció la ratificación en el cargo de 17 asesores presidenciales, como parte del proceso de la «reestructuración» del Estado, pero en la lista no estaban los generales nombrados asesores del dictador Ortega. ¿Fueron purgados o ellos quisieron irse por no soportar a Murillo? Artículo 66 consultó con dos analistas conocedores de la relación de los militares con la vicedictadora y aquí presentamos sus conclusiones.
Entre los generales que fueron borrados del círculo de asesores de Ortega están, el general de Ejército en retiro, excomandante en jefe del Ejército de Nicaragua y exvicepresidente de la República, Moisés Omar Halleslevens Acevedo, quien ocupaba el cargo de Asesor Presidencial para asuntos específicos, desde enero de 2017.
Halleslevens es considerado por varios opinadores como uno de los mejores jefes que ha tenido la fuerza castrense, es el militar más condecorado en la historia del cuerpo uniformado y, además de ser coterráneo de Ortega por ser del municipio de La Libertad, Chontales, fue uno de los integrantes del comando guerrillero que tomó por asalto la casa del ministro somocista José María «Chema» Castillo, mediante el cual sacaron de la cárcel a Daniel Ortega, que estaba preso por asaltar un banco.
Los otros eliminados del equipo de asesores presidenciales son el mayor general en retiro Óscar Balladares, que se desempeñaba como asesor presidencial para asuntos de infraestructura. Balladares ha sido doblemente purgado por Ortega.
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En el 2014 era el jefe del Estado Mayor General y por Ley, era el sucesor de Julio Avilés en la comandancia en jefe del Ejército, pero el dictador reformó el Código Militar y Balladares vio frustradas sus aspiraciones de convertirse en general de Ejército y comandante en jefe, fue pasado a retiro de manera sorpresiva.
Y el tercer separado de las cercanías de Ortega es el general de brigada en retiro Álvaro Baltodano, un militar de la primera comandancia del Ejército sandinista en los años 80. Fungía como asesor presidencial para la inversiones, cargo que ahora ocupa el hijo de los dictadores Laureano «El Chigüin» Ortega Murillo.
Purgas para decirle a los militares que Murillo es la que manda, les guste o no
Para el mayor en retiro Roberto Samcan, los tres generales en retiro, fueron purgados por Rosario Murillo «quien es la que lleva las riendas del país casi en su totalidad, relegando a Daniel Ortega a un segundo plano».
El mayor Samcam opina que las «ejecuciones» de Murillo contra los militares en el Ejecutivo «son un desaire al Ejército y una nueva pulseada de Murillo con la Comandancia General y los Altos Mandos de la institución castrense».
«El mensaje es claro, el poder en Nicaragua es ella (Rosario Murillo), les guste o no les guste a los militares», sostiene el militar en retiro.
Además, según Samcam, el desaire de Ortega y Murillo contra los militares incluye la destitución de la esposa del actual jefe del Estado Mayor General, Martha Ruiz Sevilla; el encarcelamiento del magistrado militar, general de brigada en retiro Francisco Orlando Talavera Siles; el aislamiento en casa por cárcel del general de Ejército, Humberto Ortega Saavedra; el hostigamiento y posterior encarcelamiento del mayor en retiro Eddy Gonzalez; el envío a retiro del Jefe de la Dirección de Información para la Defensa (DID), general de brigada Rigoberto Balladares.
«Murillo quiere demostrarle al Ejército que es ella quien lleva ahora la relación con la institución castrense, que deben someterse a ella en las condiciones que ella plantea, quieran o no», advierte el mayor retirado.
Militares retirados no soportan a Murillo y por eso se van del Ejecutivo
El politólogo y exreo político Félix Maradiaga, considera que, pese al estado de paranoia que viven los Ortega-Murillo, que ha provocado muchas purgas internas, la salida de los generales del círculo de asesores del dictador, no debe verse como una purga que es lo evidente, sino como un fenómeno más profundo que evidencia el grado de descomposición que corroe por dentro a la dictadura.
Maradiaga analiza que, efectivamente Murillo está eliminando a cualquier persona que pueda representar un obstáculo para el proceso de sucesión dictatorial en marcha, y ante una «eventual ausencia de Daniel Ortega, Murillo y sus hijos quieren asegurarse de que no habrá oficiales en el Ejército o la Policía que rechacen esa sucesión».
«Este proceso de depuración comenzó mucho antes de 2018, y a estas alturas es probable que no quede ningún alto oficial en las fuerzas armadas o la Policía que no esté alineado con la visión política de la dictadura sandinista. También se observa una purga generalizada en todas las instituciones del Estado», señala el politólogo.
Sin embargo, sostiene el exreo político, los cambios en los altos cargos del Ejecutivo, incluyendo a ciertos asesores provenientes del Ejército, «sugiere que no todos estos movimientos pueden ser vistos como purgas; algunos podrían interpretarse incluso como recompensas. Se comenta en voz baja que trabajar bajo (órdenes de) Rosario Murillo es un tormento», señala.
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El dirigente opositor desterrado asegura que, por fuentes confiables, ha conocido que algunos altos funcionarios del Ejecutivo y de otros poderes del Estado, incluyendo la Corte Suprema de Justicia, han intentado renunciar a sus cargos para dedicarse a sus vidas privadas y disfrutar de lo que han acumulado tras años en el servicio público.
No obstante, los dictadores les han prohibido renunciar y los obligan a permanecer en el sector público lo que resulta «un castigo para ellos, ya que actualmente en El Carmen les retienen los pasaportes, les prohíben salir del país y los someten al constante abuso verbal de Murillo».
«Estar cerca de Murillo los hace más propensos a sanciones, a estar en el ojo de la comunidad internacional y a ser vinculados con un régimen violador de derechos humanos que, tarde o temprano, tendrá que rendir cuentas», agrega Maradiaga.
En ese sentido, el analista sostiene que, ese es el caso de los generales que han salido del Ejecutivo, que no soportan a Murillo, y no están dispuestos a bajar la cabeza ante los maltratos y abusos de la vicedictadora de quien son muy conocidos sus abusos verbales contra los funcionarios.
«Para muchos de ellos, lograr salir del Estado, disfrutar de sus lujos y mantenerse fuera del radar no necesariamente es un mal acuerdo político. Salen del Estado con un acuerdo con la pareja de no hacer ningún ruido y pasar a un retiro dorado. Creo que dejan sus cargos (los generales) para vivir en el lujo y guardar silencio, observando los toros de largo», concluyó Maradiaga.
Por su parte, la dirigente opositora en el exilio y comandante guerrillera disidente del sandinismo, Dorma María Téllez, cree que la salida de los generales del grupo de asesores de Ortegas no es más que parte de las barridas de empleados estatales que ejecutan los dictadores para preparar el escenario de sucesión de Murillo.