El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, defendió a su esposa y «codictadora» Rosario Murillo diciendo entre risas «¡Cómo aúllan los perros!» en referencia a las críticas hechas por opositores nicaragüenses a la sancionada y mano ejecutora de la represión que vive el país, durante un acto en la rotonda Hugo Chávez.
«¿Qué le dijo El Quijote a Sancho? Si aúllan los perros es porque caminamos y les arde que caminemos, porque la compañera no ha sido más que comunicar verdades todos los días, de lo que se está haciendo en beneficio del pueblo, de los pobres de los trabajadores, campesinos, de todos los sectores», dijo Ortega.
Durante su discurso, Ortega llenó de elogios a Murillo que recientemente anunció una barrida estatal disfrazada de «reordenamiento institucional» y que ha dejado a miles de trabajadores del Estado en el desempleo. Murillo también ejecutó una ley que busca ligar a las oenegés que quedan en Nicaragua al Estado.
Para la analista política Dora María Téllez, Daniel Ortega se ha convertido en un «aprobador» de las órdenes de Rosario Murillo, quien es en realidad el cerebro tras la dictadura que busca arraigar una dinastía en Nicaragua. Ortega ha bajado sus apariciones en público; sin embargo, Murillo es quien dicta diariamente en sus enlaces telefónicos televisivos y radiales el actuar del gobierno.
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«Un golpe de terror quiso acobardar al pueblo y ponerlo en contra de la revolución y sus conquistas. No les queda más que aullar, porque vamos a continuar llevando bienestar», dijo Ortega refiriéndose a las manifestaciones antigubernamentales desde abril de 2018, las que fueron reprimidas por la Policía sandinista y paramilitares por orden de Murillo.
Laureano, ¿el sucesor de la dictadura?
En el mismo acto, Daniel Ortega se refirió a su hijo Laureano Ortega Murillo como el «ejecutor de la voluntad del pueblo» y lo felicitó por «abrir las puertas» entre Nicaragua y China. «En la misión que le dimos para abrir estas puertas, con la República Popular China, esa misión formalmente se la damos desde la presidencia, pero es una misión que la ordena el pueblo», dijo Daniel Ortega.
En los últimos años, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo han delegado las funciones principales ligadas al estado a su sexto hijo, Laureano, a quien también pintan los medios de comunicación al servicio del régimen como un hombre de familia, popular y con grandes nexos diplomáticos.
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Laureano Ortega Murillo fue nombrado asesor de inversiones, comercio y relaciones internacionales, tiene el poder de firmar acuerdos comerciales y representa al régimen ante China, Belarús y Rusia. A diferencia de su padre, Laureano viste con prendas de lujo, entre ellos un reloj marca Rolex valorado en 40 mil dólares, así como prendas de ropa de marcas reconocidas mundialmente.
También se le ha visto en eventos públicos de la alcaldía como la inauguración de parques, carreteras y ferias en Managua lo que ha llevado a pensar que se trata del delfín de Ortega, el hijo que lo sustituirá en el poder. Ninguno de sus otros hijos ha ocupado cargos públicos importantes en el Estado.
Ortega apareció en público para la entrega de nuevas unidades de buses a cooperativas de transporte intermunicipal, el aniversario de la toma del Palacio Nacional de Nicaragua y la Cruzada Nacional de Alfabetización.
