La dirigente opositora Dora María Téllez, exrea política desterrada por la dictadura sandinista, señaló este viernes que los crímenes de odio y la violencia generalizada que se vive en Nicaragua son promovidas por el discurso de odio que constantemente pronuncian los dictadores Ortega y Murillo y respaldado por la impunidad que promueven al liberar a miles de reos comunes peligrosos sin que hayan cumplido sus condenas.
En la última semana se registraron en el país tres crímenes atroces, en los que las víctimas fueron, un niño en Catarina, asesinado por su hermano; una mujer víctima de feminicidio, en las instalaciones del Hospital Militar en Managua, a manos de su expareja; y un hombre a quien su esposa y su hijo le quitaron la vida a cuchilladas en Jinotepe, Carazo.
La comandante guerrillera, ahora en la oposición, se declaró, como todos los nicaragüenses, «profundamente conmovida» por esos asesinatos y señaló que «todos estos crímenes tienen que ver con el discurso de odio que todos los días esparce el régimen de los Ortega-Murillo en Nicaragua».
Téllez advierte que la violencia y el odio que termina en ese tipo de asesinatos son consecuencia de la legitimación que hacen los dictadores de la violencia.
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Además sostiene que el régimen de la familia Ortega-Murillo promueve la impunidad ante ese tipo de hechos violentos con la liberación de miles de presos comunes condenados por delitos graves que, con motivo de sus fiestas políticas, mandan a las calles sin que hayan cumplidos sus respectivas condenas.
«Sacan a la calle muchas personas que están presas, entre ellos violadores y asesinos de mujeres, mientras echan preso, secuestran y desaparecen a sacerdotes y periodistas», denunció la dirigente opositora.
Entre 2014 y julio de 2024, el régimen nicaragüense sacó de las prisiones a más de 45,000 presos comunes antes de que cumplieran sus sentencias. Esto equivale a un promedio anual de 5 mil excarcelaciones bajo la figura de «convivencia familiar», presentada por el régimen como un acto de «perdón presidencial», que algunos analistas critican como una forma perversa de hacer proselitismo político y exaltar la figura de los dictadores.
Dictadura es la que más violencia ejerce
Téllez recordó que es precisamente la dictadura Ortega-Murillo, desde las instituciones del Estado, la que más violencia ejerce contra los nicaragüenses.
«Los sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa están totalmente secuestrados o desterrados porque el régimen ejerce violencia y odio contra la Iglesia Católica y contra la Iglesia Evangélica», señala.
Asimismo denuncia que los Ortega-Murillo ejercen violencia y odio contra los trabajadores y las trabajadoras del sector público «que son despedidos sin derechos laborales».
«Hay más de dos mil personas despedidas entre el sistema judicial, la Procuraduría de Derechos Humano, del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria Cooperativa y Asociativa (MEFCCA), hay iglesias, sin sacerdote, actividades religiosas que no se pueden realizar, más de 1.600 organizaciones, entre ellas casi la mitad de asociaciones evangélicas que fueron eliminadas esta semana, todas las cámaras empresariales y organizaciones de empresarios pequeños, medianos grandes; campesinas, que fueron canceladas», señaló la extra política como parte de la violencia estatal.
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La historiadora analizó que los crímenes que se cometen en Nicaragua son crímenes de odio «alimentados por el discurso de odio del régimen de los Ortega Murillo y esos crímenes se cometen amparados en la impunidad»
Para la historiadora, los dictadores Ortega-Murillo con sus discursos que promueven la violencia destruyen Nicaragua. «Ellos están destruyendo Nicaragua y están destruyendo la sociedad nicaragüense, quieren desarticular la sociedad nicaragüense, pero ellos están destruyéndose a sí mismo, se están destruyendo porque nadie está respaldando esa dictadura que se está consumiendo en purgas a sí misma y el pueblo nicaragüense va a enterrar esa dictadura en el corto plazo», sentenció.
Estado de Nicaragua es omiso ante la violencia
Por su parte, la defensora de los derechos de la Mujer, María Teresa Blandón, señala que, en cuanto a la violencia de género o los crímenes de odio, el Estado de Nicaragua no solo promueve discursos de odio sino que es «un Estado omiso», y lo peor aún, «ha querido ocultar el problema de la violencia machista».
«El Estado es responsable, porque tampoco hace nada para prevenir, es responsable porque no tiene planes de protección a la víctima, es responsable porque ha cerrado a las organizaciones de mujeres que veníamos trabajando y a las organizaciones de la niñez, que veníamos trabajando en la prevención de la violencia y en la promoción de valores que fomenten el respeto, la cooperación» afirmó Blandón.
La feminista acusó a los medios de comunicación de la familia dictatorial de aprovecharse de hechos de violencia para vender sus noticias.
«Tiene responsabilidad los medios de comunicación en Nicaragua, donde la gran mayoría de medios que quedan son de la familia Ortega-Murillo, de tal manera que ellos también están utilizando el sufrimiento de la gente, están utilizando el sufrimiento de las mujeres, están utilizando hechos terribles como el del niño que fue asesinado recientemente (en Catarina) para vender, se aprovechan del espectáculo, de la crueldad», denunció.