La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo deja ver los aprietos económicos que atraviesa y ha decidido «socar» los cinturones en la abultada planilla de «cada institución, proyectos y sus direcciones», según un comunicado que ha difundido a través de sus redes sociales y medios de la propaganda sandinista.
Según el comunicado, luego de «evaluar los programas, sus aciertos y desafíos», han decidido ejecutar una medida de compactación, que intentan suavizar bajo los conceptos de «ordenamiento, reestructuración y rediseño, a fin de promover el ahorro y la eficiencia en el gasto y la gestión pública».
Según confiesa el régimen en este comunicado firmado por el Consejo de Comunicación y Ciudadanía, que ha sido dirigido desde sus inicios por la propia Rosario Murillo, esta «medida está orientada a generar mayor disponibilidad de recursos del Presupuesto General de la República, para fortalecer la atención directa y propiciar mayores avances en cada una de las Propuestas en desarrollo, para atender y resolver retos pendientes».
Desde ya, la portavoz gubernamental y primera dama proyecta que esta barrida disfrazada les dejará «ahorros», que serán designados para «agilizar respuestas en todas las gestiones pendientes», y «optimizará nuestro capital humano» para obtener «más altos rendimientos en el servicio público», dice la misiva.
Aunque no hay un recuento oficial sobre la cantidad de personas que trabajan en el Estado, en años recientes, la misma Murillo, al anunciar la entrega de aguinaldos o dádivas gubernamentales para los funcionarios públicos, ha dejado ver la cifra de 160 mil empleados, aunque no ha especificado si solo incluye a los trabajadores de ministerios y entes del Poder Ejecutivo, o si en ese dato incluye a los demás poderes, universidades o alcaldías.
Y aunque en este comunicado, Murillo se refiere específicamente a instituciones, proyectos y sus direcciones, está por verse si la compactación no toca a estas otras entidades estatales que Ortega y Murillo manejan bajo supeditación absoluta, sin importar que tenga autonomía o, en el papel, separación institucional.