El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aislado de la comunidad internacional, continúa fortaleciendo las relaciones diplomáticas con países alejados de la región latinoamericana. Este jueves, 13 de junio, embajadores de Vietnam y Argelia visitarán Nicaragua para entregar sus cartas credenciales ante el gobierno sandinista.
Durante su discurso vespertino, transmitido en los medios de comunicación oficialistas, la vicedictadora anunció que Le Thanh Tung, el representante diplomático vietnamita, presentará sus copias de estilo ante el canciller nicaragüense, Denis Moncada Colindres, «en una ceremonia que reafirma el fortalecimiento de los lazos diplomáticos entre ambos países».
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El embajador nicaragüense en ese país asiático es el funcionario orteguista Mario José Armengol Campos, quien fue uno de los dirigentes de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN). Anteriormente fungió como ministro consejero con funciones consulares en República Dominicana, sin tener experiencia o estudios especializados en relaciones diplomáticas.
Según medios internacionales, el Partido Comunista de Vietnam nominó al ministro de seguridad pública, To Lam, como el próximo presidente del país. Lam, quien ha ocupado su puesto desde 2016 y ha adoptado una postura dura contra los movimientos de derechos humanos, fue elegido por el Comité Central del Partido el sábado.
Esta nominación sigue a la renuncia del presidente Vo Van Thuong, quien dejó el cargo después de poco más de un año, debido a «violaciones» y «deficiencias». Thuong es el segundo presidente en dimitir en dos años en el marco de una campaña anticorrupción que ha llevado al despido de varios políticos de alto rango y al enjuiciamiento de líderes empresariales por fraude y corrupción.
El expresidente Thuong, cercano al secretario general del partido, Nguyen Phu Trong, prometió luchar contra la corrupción al asumir el cargo. La campaña anticorrupción, conocida como «el horno ardiente», ha involucrado a miles de personas, incluidos altos funcionarios y líderes empresariales, y ha alcanzado las más altas esferas de la política vietnamita.
Régimen se expande en África
De igual manera, Murillo también destacó la llegada del embajador residente de la República Argelina Democrática y Popular, Ali Menguellati, para presentar sus copias de estilo. La vicedictadora afirmó que el diplomático africano expresó «su alegría de estar acreditado ante este pueblo heroico nuestro y ante nuestro gobierno».
En una ceremonia celebrada en el Salón Batalla de San Jacinto, del Ministerio de Relaciones Exteriores, en Managua, Menguellati presentó los documentos oficiales ante Moncada Colindres. El canciller habló a los medios oficialistas sobre la histórica relación entre Nicaragua y Argelia, subrayando la importancia de fortalecer la cooperación en áreas como la diplomacia, el comercio y la inversión.
El funcionario argelino, por su parte, expresó su orgullo de ser el primer embajador residente en Managua y reafirmó el interés de Argelia en profundizar los lazos de amistad y cooperación con Nicaragua. «La decisión de abrir la Embajada de Argelia en Managua refleja el gran interés de las autoridades de mi país para fortalecer los históricos lazos de amistad, solidaridad y cooperación con Nicaragua», declaró.
El embajador también destacó su compromiso de trabajar arduamente para desarrollar aún más las relaciones bilaterales, reconociendo el «gran potencial de colaboración entre ambos países».
Analistas políticos y opositores a la dictadura afirman que Ortega y Murillo apuestan por la «africanización» de las relaciones internacionales de Nicaragua. El dictador está buscando conformar un bloque de aliados políticos que no le reclamen las violaciones a los derechos humanos y puedan apoyarlo en votaciones en foros internacionales como las Naciones Unidas.