Durante una misa dedicada a las víctimas de la represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el sacerdote nicaragüense Marcos Somarriba condenó a los «mercenarios y asalariados» que se hacen pasar por «buenos pastores», pero que, en realidad, «descuartizan a sus ovejas por dinero y poder».
El Evangelio este domingo, 21 de abril, «presenta a Jesús como un buen pastor, que ha venido para que todos tengan vida en abundancia». «El pastor da su vida por las ovejas y también tiene el poder para recuperarlas. El pastor quiere que su oveja tenga vida y en ninguna parte del corazón de Dios existe o hay la intención de que la vida no vale nada, al contrario quiere que la tengamos en abundancia», afirmó el párroco.
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El presbítero indicó que, en aquel tiempo, el pastor «era la imagen de un líder». «Jesús dice que muchos se presentaban como pastores, pero eran en realidad ladrones y salteadores. Hoy sucede la misma cosa. Hay personas que se presentan como líderes, pero en vez de servir buscan sus propios intereses a cualquier precio. Algunos de ellos tienen hasta un modo inteligente de hablar y consiguen engañar a la gente con su astucia. Consiguen miembros para su charco el cual no será garantía asegurada para nadie», denunció.
Somarriba señaló que una forma de identificar a un «falso pastor al que no le pertenecen su rebaño», es porque cuando «ve venir al lobo, abandona las ovejas, huye y el lobo hace presa en ellas y las dispersa porque no le importan nada las ovejas. En cambio, Jesús dice: ‘yo soy el pastor bueno, conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí’, existe una relación recíproca y no unilateral, no dictatorial, donde hay comunicación y diálogo que edifiquen el discurso del Buen Pastor».
«Nadie está pensando en Jesús como un pastor autoritario, dedicado a vigilar y controlar a sus seguidores, sino como un pastor bueno que cuida de sus ovejas y se ocupa de ellas, mientras que a los mercenarios les importa poco o nada si la oveja se alimente o no», dijo el religioso.
Jesús, el buen pastor
El sacerdote afirmó que un «pastor bueno no abandona nunca a sus ovejas, no las olvida, vive pendiente de ellas, está siempre atento a las más débiles, a las más enfermas, a las pérdidas, a las atacadas por los lobos disfrazados de oveja, Jesús está siempre atento a las ovejas separadas del rebaño».
De igual manera, Somarriba reiteró que «a Jesús le preocupan profundamente todas las ovejas de su rebaño que son perseguidas y todos los que han sido privados de la vida por no ser borregos que obedecen a ciegas las maldades de los mercenarios de su pueblo. A Jesús le preocupan las ovejas que sufren acoso y las ovejas asesinadas a sangre fría por las bestias que las devoran».
«Los pastores o líderes hambrientos de poder y dinero son los que viven con la sed de sangre inocente. Son líderes que no sirven y que abandonan al rebaño, no les importan las ovejas, Lo que les importa es mantener a cualquier precio su posición, ya que nunca han trabajado y nunca han sudado una gota de sudor para ganarse el pan de cada día honradamente», denunció el presbítero.
Como en la época bíblica, el párroco nicaragüense advirtió que aún existe «gente que se presenta como pastores, líderes autoproclamados y encaramados a punta de las mañas, trampas y violencia en los puestos, de donde se imponen y deciden quién vive o quién muere, desde donde deciden quién y qué tipo de oveja tiene que ser la suya y cómo comportarse bajo la doctrina desquiciado que no respeta la vida ni los derechos de los inocentes».
El sacerdote consideró que los seguidores de los pastores mercenarios «son borregos que siguen a cualquiera sin pensar y sin sentido de dirección, que se deja manipular para acechar, acosar, dispersar y asesinar ovejas inocentes».
«Los mercenarios que vemos montados en las sillas o tronos, arrebatados por medio de mañas, trampas y mentiras, han echado por la borda todo rasgo espiritual en ellos y han echado fuera de sus vidas todo sentido de humanidad, dejando a un lado los valores morales y afectivos por ventajas económicas sociales y políticas», sentenció.
Somarriba agregó que en el tiempo de Jesús «era normal usar la imagen del pastor para indicar la función de quién gobernaba y quien conducía al pueblo. Los profetas criticaban a los reyes porque eran pastores que no se ocupaban de su rebaño y no lo conducían a pastar, si no que pasaba hambre y sed de justicia».
Jesús buscará a todas ovejas
Del mismo modo, el presbítero indicó que «en Jesús se realiza la profecía de Zacarías, que dice que el Buen Pastor será perseguido por los malos pastores, enojados por su denuncia. A la Iglesia la siguen persiguiendo, la van a seguir persiguiendo y se va a dispersar el rebaño, los matan y los expulsan, como tantos obispos y sacerdotes han sido desterrados del rebaño».
Sin embargo, el padre Somarriba reafirmó a las «ovejas heridas y extraviadas» que Jesús «irá en busca de ellas». «No teme a los montes ni recorrer barrancos hasta llegar a la oveja perdida y aunque la encuentra en estado lastimoso, no se enoja, sino que lleno de compasión, la toma sobre sus hombros y, de su propio cansancio, cura la oveja cansada con razón», aseguró.
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«Hoy, en este día tan hermoso, yo soy el pastor bueno. Busco a la oveja perdida, recupero a la extraviada y curo a la que está herida y enferma. He visto al rebaño de los hombres agobiados por la enfermedad. He visto a mis corderos descender al lugar de los demonios. He visto a mi rebaño descuartizado por los lobos. He visto a los míos acribillados y asesinados, ovejas y jóvenes con futuros cortados», expresó el sacerdote, transmitiendo el mensaje de Jesús a los presentes.
Al finalizar la homilía, Somarriba y el resto de feligreses elevaron una oración a Jesús, para avisarle que desde «hace seis años ha habido más ovejas tuyas descuartizadas. Señor, líbranos de los mercenarios y asalariados que existen y descuartizan a nuestros pueblos. Amén».