El sacerdote nicaragüense Uriel Vallejos amonestó a dirigentes de la oposición y los llamó a abandonar sus «intereses personales» y, en su lugar, priorizar los del país. Al mismo tiempo, el presbítero hizo severas críticas «a los falsos opositores que viven del dolor ajeno».
Este domingo, 14 de abril, el religioso celebró una misa en la iglesia San Isidro Labrador, en el cantón Vásquez de Coronado, Costa Rica, para conmemorar con la diáspora nicaragüense el sexto aniversario del levantamiento social de abril de 2018 y honrar a las víctimas de la represión.
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Durante su homilía, el sacerdote indicó que algunos opositores «viven del dolor ajeno» y que los mismos, posteriormente, «señalan a la jerarquía eclesiástica, obispos, sacerdotes y religiosos que estamos callados, con miedo, como que fuésemos consagrados para hacer o vivir de la política. No se engañen, fuimos consagrados para anunciar y denunciar».
«Por el error de esta falsa oposición tuvimos a obispos encarcelados, medios de comunicación censurados y exiliados. No vivan del dolor ajeno y con virilidad, enfrenten cara a cara el problema», manifestó el religioso durante la misa, a la que asistieron exiliados vestidos de azul y blanco.
Nicaragua no necesita «caciques»
De igual manera, Vallejos dijo que «si Jesús apenas tenía 12 discípulos, uno lo entregó y el otro lo negó, ¿cuántos traidores tendrá mi pobre Nicaragua?». El religioso aseguró que dentro de los opositores «hay grupos que todos los días hablan de Nicaragua, pero no sufren con ella».
«Es la oración que invocan para ser escuchados, pero en sus corazones está la ambición, la que por siglos ha ocasionado guerras, y pactos. Es como si tuviéramos tribus, cada una con su cacique y cada cacique con la mentalidad de gobernar a todos, bajo el pecado de la soberbia e imponiéndose sobre los demás», criticó.
El sacerdote matagalpino también incluyó en sus criticas el actuar de muchas oenegés, las cuales dicen trabajar para el beneficio de los afectados por las acciones ilegítimas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pero que «en el fondo solo buscan sus propios intereses, tomando como bandera a los presos políticos, exiliados y a las víctimas de la represión».
«¿Cuándo van a entender el dolor de la víctima abusada en la cárcel y el sufrimiento injusto de los padres que perdieron a sus hijos hace ya seis años? Aún las lluvias no lavan la sangre de Geovany Solvalbarro, de 24 años, que lo mandaron a asesinar el 20 de abril en la ciudad de Sébaco (Matagalpa)», criticó el presbítero.
Vallejos también recordó la muerte del opositor Franco Valdivia, originario de Estelí, y la desesperación de «Alvarito» Conrado. «Querer respirar sigue siendo la fatiga de muchos nicaragüenses, que no soportan el sufrimiento de la pobreza, el desempleo, el miedo y el exilio», afirmó el religioso.
El nicaragüense mencionó que «esa es la misma desesperación de la familia de Luis Adalberto López y su hijo de 21 años, Bayron Adalberto López, ahogados en el río Bravo (México) en febrero de este año. Algunos grupos luchan como pirañas por devorar los gastos burocráticos de una donación financiera, mientras hay hermanos que venden su ‘casita’ para irse permanentemente de su tierra».
El sacerdote denunció que existen encarcelados que «han quedado en las ergástulas del régimen, algunos siendo torturados desde el 2014 o desde antes». «Ellos van quedando en el olvido de las agendas, no cuentan en los foros de hoteles lujosos, ni son mencionados en las sesiones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ni de los congresos».
Vallejos acusó que «otros con arrogancia de emperadores deciden quién es visible y quién no, quién es opositor y quién no, quién merece parte de lo recaudado con las fotos y testimonios de las víctimas y quién no». El sacerdote agregó que «es vergonzoso y hasta asqueroso nuestro actuar cuando no tenemos como prioridad una lucha sin buscar premio, sin lucro y sin buscar el poder o la fama».
Tiempo de unidad
El religioso instó a toda la oposición nicaragüense para que depongan sus intereses personales y busque la unidad para recuperar la democracia en el país. «Otro abril, ya van seis, y es lo mismo del 2018», lamentó Vallejos.
«El calvario no cesa y ya hoy no podemos decir que esto es culpa exclusiva del hematófago y vetusto Nerón. Esto también es culpa de nuestras disensiones cotidianas, de nuestra rapiña y de nuestras faltas de empatía con ese dolor de siglos de nuestra patria», aseveró.
El sacerdote afirmó que «si nos hubiésemos unido por nuestra patria, como aquel momento donde lo hicimos para defender a los ancianos y a los estudiantes, ya habríamos logrado cambios».
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«Quizás sea porque son otros los que van sangrando, mientras nosotros agarramos a Cirineos para azotarlos y que sean ellos los que ayuden a cargar la Cruz. Es hora de una unidad en torno a la túnica sangrienta de nuestra bandera, es hora de la sincera unidad, que los judas busquen su lugar después de recibir sus 30 monedas y que dejen de ser motivo de controversias», dijo Vallejos.
«Si no somos capaces de unirnos, dejemos que otros avancen. No pongamos piedras en el camino de una Nicaragua que está casi muerta, busquemos el camino de la resurrección y la libertad», añadió en su homilía.
Ortega y Murillo: «Ancianos sin alma»
Al cierre de su homilía, el padre Vallejos también criticó a Daniel Ortega y Rosario Murillo, la pareja de represores de Nicaragua y los principales responsables de la crisis sociopolítica y económica del país.
«Sí, estamos en abril, el dolor de las gárgolas. Sí, es abril el mes de la paz, pero no aquella de ancianos sin alma, aferrados al poder y al dinero, discípulos de Satanás. Es abril, el mes de la concientización, de la moralización, la patria y la libertad», afirmó el presbítero.
«Los ancianos, los piricuacos y esbirros pregonan: ‘no pudieron ni podrán’. ¡Cuánta razón tienen! Porque no pudieron arrancarnos la paz del resucitado, la gloria de este pueblo. Cristo vive en este pueblo, es el joven, el estudiante, el anciano, el migrante y el explotado», expresó Vallejos.
«También somos volcán, Darío y Sandino, no entregamos la patria a los imperios, como hoy se la han entregado a naciones comunistas y ateas. Creemos firmemente que Jesucristo es nuestro Rey, que es de María la nación. Que Cristo resucitará en mi pueblo, en Nicaragua», finalizó el religioso.
Vallejos ha sido una de las víctimas de la persecución del régimen orteguista y actualmente vive en exilio forzado. En agosto de 2022, el sacerdote permaneció en el interior de la iglesia Divina Misericordia, en el municipio de Sébaco, Matagalpa, tras ser sitiado por la Policía orteguista, tras órdenes impuestas por la dictadura de cerrar todos los medios de comunicación católicos de la Diócesis.
En Nicaragua y en el exilio, decenas de madres lloran la muerte de 355 personas asesinadas hace seis años durante las protestas sociales, aquellas que demandaban el fin del régimen de los Ortega-Murillo. La pareja dictatorial respondió a las quejas de su pueblo con balas de policías y paramilitares a los ciudadanos que ejercían su derecho a manifestarse y exigir cambios en Nicaragua.