Los dictadores de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murilo, se hacen las víctimas ante la comunidad internacional y acusan a la Organización de Naciones Unidas (ONU) de condenar a su gobierno, que según ellos es «respetuoso de las Leyes», mientras callan frente las sanciones que le han impuesto a su régimen y otros gobiernos totalitarios del mundo.
En un pronunciamiento hecho público este domingo, 14 de abril, firmado por el canciller Denis Moncada, la dictadura de Nicaragua pretende hacerse ver como un gobierno respetuoso de las leyes y tratados internacionales y señala a la ONU de incompetente e inactiva y la acusa además de ser «complice de aberrantes crímenes» contra todas las formas de vida.
En el pronunciamiento, con un lenguaje nada diplomático, cargado de epítetos muy típicos de la vicedictadora Rosario Murillo, con los que acostumbra salirse de todo protocolo para ofender a gobiernos extranjeros, el régimen de Managua asegura mantenerse «pendientes y actuantes» en torno a lo que llaman «las terribles agresiones que se dan en el Mundo», principalmente contra el pueblo palestino.
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A la vez, los dictadores se jactan de mantener «protagonismo jurídico, en la condena enfática a los abusos, ataques y embestidas salvajes, todos crímenes de lesa humanidad», lo que confirma que Ortega y Murillo, al acusar a Israel de genocidio y a Alemania de contribuir a ello, lo que en realidad buscan es protagonismo y desviar la atención de las acusaciones de crímenes de lesa humanidad que pesan sobre ellos mismos.
«Ante la incompetencia e inacción del sistema de las Naciones Unidas, que los convierte en cómplices de aberrantes crímenes contra todas las formas de vida, abogamos por una contundente expresión y manifestación del rol de salvaguarda del derecho y la paz entre la comunidad humana; rol que deben jugar esos organismos creados para exigir legalidad, legitimidad en las conductas de los Imperios y sus satélites, y que no pueden seguir actuando impunemente, al margen de todo el ordenamiento jurídico internacional», dice el pronunciamiento de los dictadores.
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Asimismo, el régimen de Managua se queja de las sanciones contra ellos y otros regímenes dictatoriales en el mundo aduciendo que no hay equidad en la ONU porque mientras calla ante las sanciones que se les impone, a ellos los ha condenado.
De igual manera, pide se respeten las «leyes que se deben aplicar, para hacer valer el urgente respeto a la vida y la promoción del diálogo y la paz en todo el mundo», sin embargo, el mismo régimen Ortega-Murillo ha desconocido toda resolución del sistema interamericano de derechos humanos y no responde por los más de 350 asesinatos que cometió a partir de 2018.