La presidenta peruana, Dina Boluarte, compareció este viernes ante los fiscales que la investigan por la presunta posesión de relojes de lujo y joyas no declarados, un escándalo conocido como Rolexgate que sacude los débiles cimientos de su gobierno.
La indagatoria, que comenzó a las 8h30 locales (13h30 GMT) concluyó luego de cinco horas y media, cuando Boluarte se retiró de la fiscalía sin hacer declaraciones a la prensa.
El fiscal general, Juan Carlos Villena, estuvo a cargo de la “toma de declaraciones a la presidenta de la República”, según informó el Ministerio Público a través de la red social X.
Boluarte estuvo acompañada en la sede central de la fiscalía en Lima por su abogado, Mateo Castañeda.
Los fiscales pidieron a la mandataria que presente, en caso de que los tenga, los objetos de valor no declarados como parte de su patrimonio cuando asumió el cargo y que muestre los justificantes de compra o explique su procedencia.
La indagación se produce luego de que la policía allanara su vivienda y el despacho presidencial el 30 de marzo en busca de la supuesta colección, compuesta por al menos tres relojes de alta gama marca Rolex que la prensa le atribuye a través de diversas fotografías publicadas en los últimos días.
Grupos pequeños de simpatizantes y detractores se apostaron en el perímetro de la fiscalía mientras declaraba.
“¡Mujeres unidas, jamás serán vencidas!”, “¡Dina resiste, Dina no estás sola”, fueron consignas de alrededor de medio centenar de manifestantes, la mayoría mujeres, en apoyo a la mandataria.
Pero no todos los gritos fueron amables. “¡Dina, la cárcel te espera!”, clamaba a todo pulmón un pequeño grupo a corta distancia.
“Qué diga la verdad, dónde están los relojes, queremos que la metan presa”, dijo a la AFP una mujer que pidió reserva de su nombre.
El gobierno tiene la esperanza de que el caso quede aclarado con la versión que ofreció Boluarte y poner fin así a un escándalo que ya provocó dos pedidos de destitución desde la oposición parlamentaria de izquierda, ambos desestimados el jueves por la mayoría derechista del Congreso.