El sacerdote nicaragüense Marcos Somarriba declaró que los nicaragüenses «pueden aprender a superar las crisis, especialmente cuando son generadas por personas desalmadas, egoístas, maquiavélicas, mañosas, manipuladoras y abusadoras».
Durante la homilía de este domingo, 25 de febrero, el párroco exiliado reflexionó sobre el evangelio del libro de San Marcos, capítulo 2, versículo 10, que narra el episodio conocido como la «Transfiguración de Jesús». El pasaje bíblico relata que Jesús subió a un monte junto a Pedro, Santiago y Juan, tres de sus discípulos más cercanos. Mientras estaban allí, Jesús experimentó una transformación en la que su rostro «brilló como el sol» y sus ropas se volvieron «blancas como la luz».
En ese momento de revelación divina, Moisés y Elías aparecieron junto a Jesús y hablaron con él. Después de lo ocurrido, los discípulos se asustaron y cayeron al suelo, pero Jesús se acercó y los reconfortó. Cuando bajaron del monte, Jesús les pidió que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que «el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos».
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Al igual que el Señor consoló a sus fieles seguidores luego de que se sintieran alarmados, el padre Somarriba indicó que «se pueden aprender a superar las crisis provocadas por gente que, revestida de oveja siendo lobo, acecha y persigue a las ovejas de Dios».
El sacerdote nicaragüense explicó que este tipo de personas «operan bajo actitudes bélicas, con un poder abusivo y destructivo, amparadas sobre dinero sucio y mal habido, que con ello construyen crisis y destrucción». «Ellos extorsionan, persiguen, oprimen, exilian familias y pueblos enteros», denunció Somarriba desde el púlpito de la iglesia Santa Agatha, en Miami, Florida, Estados Unidos.
De igual manera, el clérigo afirmó que los pueblos deben identificar a los «Reyes Herodes modernos», que manipulan a los demás con sus discursos. «El miedo a menudo se esconde detrás de varias máscaras de amor, por eso el acostumbrado y manipulado lenguaje con que se expresan, especialmente los ‘Caifases’ y Herodes modernos, se disfraza con frases dulces que solo reflejan su propia amargura interna», apuntó.
«Se llenan la boca de palabras con tono cristiano, espiritual y divino, cuando su propio corazón está vacío y viven sedientos de sangre inocente», agregó Somarriba. El sacerdote continuó expresando que «el miedo acecha a los temerosos y vulnerables, mientras se camufla cubriendo la malicia con la apariencia de seguridad de calidez y amabilidad e, incluso, desinterés».
«Un pueblo crucificado resucitará»
Somarriba indicó que los pueblos que sufren «no deben rendirse», porque aunque los tiranos actuales «maten sin pistola y cubren bien sus huellas, todo tiene caducidad y tarde o temprano llega a su final».
«Creemos que es maldición cuando encontramos a pueblos crucificados, condenados al exilio y a la muerte. Pero no podemos sucumbir ante tanta desgracia, este pueblo va a resucitar. Las personas no se pueden dar por vencidas, porque nuestros pueblos son hermosos y valientes, saben de luchas y de honor, saben de Dios, y Él siempre tiene la última palabra», declaró el sacerdote.
El párroco también recordó las palabras que su «hermano» monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, quien hace tres años realizó su propia reflexión respecto al mismo evangelio. «Él decía: ‘Un pueblo crucificado resucitará’, y lo decía con fuerza y fe», destacó el cura.
«En los años 70, la cruz de la persecución formaba parte de la vida de los cristianos como lo vemos hoy en día. En nuestros pueblos, todavía existen ‘Nerones’ que han desencadenado la persecución y muerte. Nadie puede erigirse a sí mismo como dueño y capataz de un pueblo», expresó Somarriba.
Del mismo modo, el sacerdote reiteró que «la Iglesia de Jesucristo no negocia con los poseídos y con los demonios», y que, en cambio, su labor religiosa es «expulsar, vencer y hacer desaparecer» a las entidades malignas.
Somarriba en Santa Agatha
Actualmente, el presbítero Somarriba es el encargado de presidir las eucaristías en la parroquia Santa Agatha, ya que el obispo Báez se ausentó nuevamente de Miami. En un tuit publicado en su cuenta de X, el obispo anunció que el martes, 20 de febrero, estaba en el aeropuerto estadounidense preparado para viajar a Italia.
En el país europeo, Báez realizará labores pastorales de la congregación de los Carmelitas Descalzos para dirigir «dos tandas de ejercicios espirituales». «Primero, al capítulo general de las Carmelitas Misioneras y, luego, a la comunidad de mis hermanos Carmelitas de la Casa General. Me encomiendo a su oración», escribió en la red social.
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Somarriba explicó que monseñor Báez «anda en otros lados». «Tiene retiros y cosas que le ha pedido su comunidad, tiene confirmaciones y por las próximas semanas no va a estar porque tiene que viajar y cumplir con un montón de compromisos, que también como obispo le ponen. No todo el tiempo puede estar aquí», detalló el cura al Diario La Prensa.