Opositores al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo coinciden en que Nicolás Maduro, el dictador venezolano, está replicando las acciones del caudillo sandinista; como la expulsión de la delegación de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos (OACNUDH) en Venezuela.
En agosto de 2018, después de la publicación de un contundente informe emitido por el equipo de OACNUDH en el que detallan las arbitrariedades cometidas por el Estado, el régimen de Daniel Ortega expulsó de Nicaragua a la misión del organismo mundial.
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Alexa Zamora, desnacionalizada y activista opositora nicaragüense, considera que lo actuado por Maduro es «evidencia clara de cómo la impunidad de las acciones del régimen de Ortega y Murillo, en contra de organismos internacionales y multilaterales de derechos humanos, tiene una repercusión en el actuar de otros gobiernos dictatoriales en la región».
Venezuela afirma que su decisión se debe al «impropio papel que esta institución ha desarrollado, que lejos de mostrarla como un ente imparcial, la ha llevado a convertirse en el bufete particular del grupo de golpistas y terroristas que permanentemente se confabulan contra el país».
Zamora señala que la dictadura de Managua no recibió ningún tipo de represalia o reacción adversa que genere un impacto en ellos, al haber expulsado a todos y cada uno de los organismos de derechos humanos a partir de 2018.
«Esto sienta un precedente y en tanto regímenes como el de Venezuela que no se habían atrevido a llevar acabo ese tipo de acciones ahora tienen la total confianza de hacerlo, teniendo claro que van a hacerlo en el marco de una total impunidad y sin ningún tipo de consecuencia», afirmó.
Para Juan Sebastián Chamorro, exaspirante presidencial y desterrado, Maduro «viene siguiendo exactamente lo que Ortega inició con más fuerza violenta en el 2018 (desde antes venía violando derechos)». Advirtió que se deben tomar «medidas urgentes» para que Maduro no arrastre a Venezuela por el mismo camino de Nicaragua.
Según Managua, la OACNUDH «se extralimitó en sus funciones» al documentar cada uno de los abusos y violaciones a los derechos humanos durante los primeros meses de protesta en 2018. Ortega calificó a la ONU de ser «un instrumento de la política de muerte».
El documento que publicó la delegación de la ONU que se encontraba en Managua, concluyó que el régimen de Daniel Ortega ha cometido graves violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses que protestan en su contra.
