En medio del asedio a sacerdotes y la represión a la iglesia católica desatada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, nombró al sacerdote sandinista Antonio Castro como el encargado de la iglesia Santa Faz, según publicó en su cuenta de X el periodista Emiliano Chamorro.
De acuerdo la publicación de Chamorro, Brenes hará «nombramientos en otras iglesias que eran pastoreadas por sacerdotes desterrados por la dictadura». «Los expertos creen que Ortega presiona por una iglesia oficial o, al menos, que haya presencia de sacerdotes fanáticos al régimen en la mayor cantidad de parroquias», aseguró.
Anteriormente, la parroquia designada al religioso orteguista había sido administrada por monseñor Silvio Fonseca, uno de los sacerdotes que se unió a la lucha del pueblo nicaragüense contra la dictadura sandinista. El cura criticó la represión de Ortega y Murillo en distintas ocasiones y dijo que «la dictadura intenta privar al pueblo católico a formarse en su fe».
El 29 de diciembre de 2023, el religioso fue secuestrado por la Policía orteguista después de dar la eucaristía en la parroquia Santa Faz, ubicada Bello Horizonte, Managua. Posteriormente, fue desterrado junto a otros 18 sacerdotes al Vaticano, en Roma, el 14 de enero de 2024. El párroco exiliado también fungía como vicario de Familia y Vida de la Arquidiócesis de Managua.
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«Toñito», el sacerdote orteguista
A diferencia de Fonseca, Antonio Castro, conocido como «Toñito», es calificado por la oposición nicaragüense como «una de las fichas más fieles» de la pareja en el poder. En 2018, en el día de la fiesta litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, dedicó su homilía para adular al líder comunista cubano Fidel Castro y hacer loas a su «solidaridad» con distintos países de América Latina, incluida Nicaragua.
De igual manera, en noviembre de 2016, ataviado por una estola roja (símbolo del martirio en la Iglesia Católica), Castro celebró una misa por el primer aniversario de fallecido del exmandatario cubano; desplegando en el altar mayor una enorme bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
En 2020, la Arquidiócesis de Managua había informado que el polémico religioso fue removido de su cargo como vicario foráneo de la zona pastoral central, afirmando que Castro había «presentado su renuncia desde hace varios meses».
Castro es uno de los pocos religiosos en Nicaragua que no se atreven a condenar las acciones represivas del régimen de los Ortega-Murillo en contra de la Iglesia católica, mucho menos demandó la libertad de sus hermanos sacerdotes que fueron víctimas de encarcelamientos, como el que sufrió, desde el cuatro de agosto de 2022, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa.