La nueva embajadora de Francia ante Nicaragua, Sonia Dona Pérez, entregó este miércoles las copias de estilo al canciller de la República, Denis Moncada. El ministro recibió las cartas credenciales haciéndole a la delegada francesa una advertencia: No se le ocurra meterse a opinar sobre «asuntos internos», es decir, le han dejado claro que no puede actuar con «injerencia» cuando al régimen sandinista se le ocurra violar derechos humanos o ejecutar otro fraude electoral.
El canciller mencionó que, al entregar las copias de estilo oficiales, Dona Pérez queda acreditada como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de Francia en Nicaragua, pero le remachó que «siempre será en el marco del derecho internacional, la Carta de la ONU, de la Convención de Viena, y de los principios esenciales que nos rigen a las relaciones internacionales de respeto a la independencia, autoridad, autodeterminación, a la no injerencia en los asuntos internos y al respeto mutuo entre países, estados y pueblos».
La ceremonia se llevó a cabo el 15 de noviembre del 2023 en el Salón Batalla de San Jacinto, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua.
Moncada expresó que era un gusto «continuar con el fortalecimiento de las relaciones con Francia; le deseamos también éxitos en el cumplimiento de su misión diplomática». La ahora embajadora de Francia ante el pueblo de Nicaragua respondió que está muy orgullosa por obtener este puesto y «trabajará para fortalecer y mantener las relaciones entre los dos países».
El intento de fortalecer de las relaciones con países europeos de la dictadura de Daniel Ortega
En días recientes, la dictadura de Daniel Ortega ha mostrado un extraño interés de ponerle un parche a las grietas que ha abierto en las relaciones diplomáticas con Europa. El pasado 16 de noviembre, por ejemplo, la vicepresidenta Rosario Murillo se refirió al reelecto presidente de España, Pedro Sánchez, con tono conciliador. «Como Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, le saludamos y felicitamos, con el compromiso de fortalecer los históricos lazos entre España y Nicaragua», dijo la portavoz del régimen.
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Ese saludo «amistoso» de Murillo ocurre meses después de que la dictadura se había referido al mandatario español como un «pálido reflejo de una política injerencista». A su vez, tachó a su gobierno de «servil al yanqui invasor».