El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer a través de su sitio web oficial el informe Perspectivas Económicas: Las Américas, donde recopila información y proyecciones de la economía de América Latina y El Caribe. Los expertos encargados de realizar el documento pronostican que en 2024, Nicaragua tendrá un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un 3,3%.
Mientras que el Banco Mundial (BM) espera que el próximo año Nicaragua crezca un 3.2% y que en 2025 logre un aumento en el PIB del 3.5%.
«Tras una recuperación más vigorosa de lo esperado, después de la pandemia y la continuidad de la resiliencia a comienzos de 2023, el crecimiento económico en América Latina y el Caribe está desacelerándose a medida que las políticas más restrictivas para combatir la inflación surten efecto y se debilita el entorno externo», detalló el FMI en su página web.
También señaló que el oportuno y rápido endurecimiento monetario en la región desde 2021, sumado al repliegue de la mayor parte del estímulo fiscal relacionado con la pandemia y la reversión de las presiones de los precios externos, ha ayudado a colocar la inflación en una «trayectoria descendente».
El FMI recalcó que desde el inicio de 2022, la actividad económica de Nicaragua, así como de otros países latinoamericanos como Guatemala y Honduras, ha estado impulsada por el sólido consumo privado, sostenida por las aún abundantes remesas y por la continua recuperación en el sector de servicios.
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«Las exportaciones han sido en general débiles en la región debido al menor dinamismo de la demanda externa, excepto en Costa Rica». La organización proyectó que el crecimiento en Nicaragua y el resto de países de América Central, se moderará más en 2024, en medio de una «coyuntura externa menos favorable y condiciones meteorológicas severas en algunas partes de la región».
El FMI hizo hincapié en que sus perspectivas siguen estando sujetas a considerables riesgos en contra, incluidos los relacionados con una desaceleración mundial más pronunciada de lo previsto, una inflación más persistente, nuevas turbulencias en el sector financiero en las economías avanzadas y desastres naturales.
«La región también debe prepararse para el impacto de El Niño, ya que este fenómeno climático podría incidir negativamente en la actividad económica, generando sequías en América Central, Colombia y el sur de Perú», advirtió.
El consumo que elevó el PIB
El economista Juan Sebastián Chamorro consideró que el crecimiento del PIB es causado por el sector del consumo. «El incremento de las remesas en el último año ha sido más que significativo y el consumo constituye quizás uno de los elementos más grandes del Producto Interno Bruto. A eso, obviamente, hay que descontarles las importaciones, pero igualmente sigue siendo alto entonces».
«Es muy difícil analizar a mayor detalle la explicación de este crecimiento, aunque sigo creyendo que está impulsado por el tema de las remesas y que las remesas ayudan al consumo», aseguró. El economista también explicó la posibilidad de que haya un «repunte» en los precios de los productos, particularmente en un año después de que inició la guerra de Ucrania, donde el costo de los artículos básicos de alimentos exportados sufrieron un aumento. «También hay incrementos en los precios del petróleo que tienden a afectar la balanza comercial».
«Llama la atención que Nicaragua está dentro del grupo de países centroamericano de los que menos crece, siendo El Salvador el de menor crecimiento pero que está por debajo del promedio de 3.2% de la de la región. Esto también indica que la región centroamericana está creciendo a 3.2% y un poco por encima del promedio de América Latina», subrayó.
Según Chamorro, lo que los economistas llaman «vientos de cola» es lo que hace que el país resulte beneficiado. «Habría que analizar la proyección de inflación de Nicaragua versus el resto de países de Centroamérica porque estas proyecciones de inflación podrían estar superior a la del resto de países centroamericanos, lo cual también indicaría una disminución del poder adquisitivo de los trabajadores nicaragüenses».
Como oportunidades y retos para Nicaragua, el FIM consideró que entre las prioridades del país se deben incluir «garantizar la sostenibilidad fiscal a mediano plazo de manera inclusiva, reforzar la resiliencia del sistema financiero, apoyar el crecimiento a mediano plazo invirtiendo en infraestructura y conectividad, mejorar el clima empresarial e incrementar la participación en la fuerza laboral». También destacó que hay que continuar reforzando los marcos para la lucha «contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo».
El Banco Central de Nicaragua (BCN), en su informe publicado el pasado seis de octubre, aumentó el rango de crecimiento esperado del PIB del 2023 a 3.0 – 4.0 por ciento (2.5 – 3.5% previamente), y espera que el empleo continúe estable, con una tasa de desempleo de entre 3.0 – 3.5%.