Los equipos de rescate en Kazajistán continuaban este domingo, 29 de octubre, la búsqueda de desaparecidos tras un accidente en una mina del grupo ArcelorMittal que dejó 36 muertos en uno de los peores sucesos industriales en la historia del país.
El gobierno de este país de Asia Central decretó un día de duelo nacional por la explosión de grisú y anunció la nacionalización de la filial local del gigante siderúrgico que ya acumulaba una larga lista de tragedias.
Según un informe del ministerio de Situaciones de Emergencia, a las 10H00 (04H00 GMT), “se encontraron los cuerpos de 36 mineros y seguía la búsqueda de diez trabajadores” en la mina Kostenko en Karaganda.
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Las opciones de encontrarlos con vida son ahora “muy flojas”, previnieron en a víspera los equipos de rescate debido a la ausencia de ventilación en la mina, la poca autonomía de los respiradores de emergencia y la potencia de la explosión, que se propagó dos kilómetros.
Inmediatamente después de conocerse el accidente, el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokáyev, ordenó “poner fin a la cooperación” con el grupo ArcelorMittal.
En presencia de las familias de las víctimas en Karaganda, Tokáyev calificó a ArcelorMittal como “la peor empresa en la historia de Kazajistán desde el punto de vista de la cooperación con el gobierno”.
Después el gobierno kazajo y el gigante del acero anunciaron un acuerdo preliminar para “transferir la propiedad de la empresa a la República de Kazajistán”.
El domingo, las banderas de Kazajstán ondearon a media asta con motivo del día de luto nacional, al igual que en Karaganda, constató un periodista de la AFP.
Desde la caída de la Unión Soviética en 1991, unos 200 mineros han perdido la vida en Kazajstán, la gran mayoría en yacimientos de ArcelorMittal.