El viernes, 20 de octubre, se dio una arribada de 12 vuelos en un solo día a Nicaragua procedentes de Puerto Príncipe, la capital del convulso país caribeño de Haití, algo nunca antes visto en Managua, según informaron fuentes del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, consultadas por Artículo 66. El aterrizaje de las aeronaves caribeñas también consta en la programación oficial de vuelos de la Empresa Administradora de Aeropuertos Internacionales (EAAI) nicaragüense.
«Se ha visto una cantidad inusual de vuelos llegando a Managua de lugares como Puerto Príncipe (capital de Haití) y volando a Cancún por ejemplo», notificó la fuente, haciendo notar que el hecho es visto como un fenómeno extraño, tomando en cuenta que ese país caribeño atraviesa una crisis política y social profunda, al punto que la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó recientemente la intervenir con una fuerza militar multinacional próximamente, pues Haití podría ser considerado un Estado Fallido.
En total, para este viernes fueron programados 12 vuelos entre la ruta Puerto Príncipe-Managua. Lo que sugiere, según algunos observadores de la arribada de aeronaves, que esos vuelos llegan con «la gente (migrantes) que se quiere brincar el Darién para llegar a Estado Unidos».
Tras el reciente destierro de 12 sacerdotes nicaragüenses hacia el Vaticano, un párroco de la Diócesis de Granada, exiliado en Estados Unidos, dijo en entrevista con Artículo 66 que «queda claro que esta nueva excarcelación no fue debido a fructíferas conversaciones con la Santa Sede», a como lo afirmó la dictadura de Daniel Ortega.
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«Está claro que no hubo tal diálogo como lo afirmó el Gobierno, porque el Vaticano informó que fue el Estado de Nicaragua que pidió a la Santa Sede recibir a los religiosos que mantuvo encerrados; y por supuesto el papa dio el sí», afirmó el sacerdote consultado.
Manifestó, además, que se desconoce cuál sea la intención de la dictadura al excarcelar a los 12 sacerdotes, que mantuvo cautivos en la diferentes cárceles del país. «Esta salida pudo haber sido por la presión internacional, porque ellos —los dictadores Ortega y Murillo— saben que están desprestigiados y que han cometido mucha imprudencia».
A la vez dijo que estaría por verse si a los 12 religiosos, la dictadura orteguista les arrebatará su nacionalidad, como lo hizo con los primeros 222 exreos políticos, desterrados el nueve de febrero de este año.
Una vez más al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se le cae el «teatro». Con el destierro del sacerdote Manuel Salvador García y de monseñor Leonardo Urbina, la administración sandinista deja en evidencia que ambos religiosos estaban encarcelados por razones políticas y no por delitos comunes, a como fueron procesados.
En ese sentido, el abogado Yader Morazán señaló que «en el derecho, al caerse lo principal, cae lo accesorio», en referencia que al prescindir del delito que se le acusaba al padre García, debería ser también liberada Martha Candelaria Rivas Hernández.
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Rivas Hernández permanece detenida desde el 21 de junio de 2022, debido a que la ciudadana se negó a declarar en contra del sacerdote Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en Nandaime.
En un primer momento, Martha Candelaria declaró a una plataforma digital que el prelado la golpeó con un candado después de una discusión que sostuvieron la noche del 30 de mayo en la iglesia Jesús del Nazareno, la cual es presidida por el religioso. Sin embargo, días después se retractó y dijo que todo se trató de un «accidente», razón por la que no firmó la denuncia.