Tras el reciente destierro de 12 sacerdotes nicaragüenses hacia el Vaticano, un párroco de la Diócesis de Granada, exiliado en Estados Unidos, dijo en entrevista con Artículo 66 que «queda claro que esta nueva excarcelación no fue debido a fructíferas conversaciones con la Santa Sede», a como lo afirmó la dictadura de Daniel Ortega.
«Está claro que no hubo tal diálogo como lo afirmó el Gobierno, porque el Vaticano informó que fue el Estado de Nicaragua que pidió a la Santa Sede recibir a los religiosos que mantuvo encerrados; y por supuesto el papa dio el sí», afirmó el sacerdote consultado.
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Manifestó, además, que se desconoce cuál sea la intención de la dictadura al excarcelar a los 12 sacerdotes, que mantuvo cautivos en la diferentes cárceles del país. «Esta salida pudo haber sido por la presión internacional, porque ellos —los dictadores Ortega y Murillo— saben que están desprestigiados y que han cometido mucha imprudencia».
A la vez dijo que estaría por verse si a los 12 religiosos, la dictadura orteguista les arrebatará su nacionalidad, como lo hizo con los primeros 222 exreos políticos, desterrados el nueve de febrero de este año.
«Si los 12 sacerdotes quedan apátridas, significa que continúa la persecusión y la guerra contra la Iglesia; los saca del país porque no son gratos en Nicaragua y más bien les estorban, pero ya se sabe que estamos bajo una dictadura y de una dictadura se puede esperar de todo», agregó.
«Monseñor Álvarez está desmotrando que es una persona de palabra»
En cuanto a la no salida de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, el padre exiliado manifestó que existe la posibilidad de que el régimen orteguista pudo haberle propuesto una vez más el destierro, opción que el jerarca volvió a rechazar.
«Rolando está diciendo que no puede salir como delincuente si no ha cometido ningún delito, mucho menos salir sin patria; y eso es tener principio», afirmó.
Remarcó que monseñor Álvarez está desmotrando que es una persona de palabra y de principio; «y que no se intimida ante nada ni ante nadie; y es un ejemplo que hemos recibido de Cristo».
«No hay esperanza que la Iglesa de Nicaragua se pronuncie»
Por otra parte, el jerarca católico aseveró no creer que la Conferencia Episcopal de Nicaragua se pronuncie por este nuevo destierro de estos 12 sacerdotes.
«En un principio se creyó que el silencio de la Conferencia Episcopal de Nicaragua era por prudencia, pero con su silencio no se ha detenido la persecución contra la Iglesia, demostrando su complicidad y miedo, abandonando a las ovejas», expresó.
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Los sacerdotes desterrados, que se suman a la lista de más de 330 nicaragüenses apátridas, son el padre Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén, Julio Ricardo Norori Jiménez, Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, José Iván Centeno Tercero, Pastor Eugenio Rodríguez Benavidez, Yessner Cipriano Pineda Meneses, Ramón Angulo Reyes, y según el mismo parte oficial de la dictadura nicaragüense, todos «serán recibidos en Roma, según coordinaciones, por Personal de la Secretaría de Estado de la Santa Sede».
Hasta el momento, el Gobierno de Daniel Ortega no ha informado de forma oficial si los dos religiosos les será arrebatada su nacionalidad, acción que se ha hecho común por la dictadura.