La feligresía de Matagalpa y Jinotega aplaudió unánimemente la liberación de los sacerdotes que fueron expulsados hacia Roma, desde Managua, este miércoles 18 de octubre, aunque fueron desterrados por el régimen Ortega-Murillo. Sin embargo, expresaron su pesar porque aún sigue secuestrado el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez Lagos, por quien continúan exigiendo su liberación inmediata e incondicional.
«Anoche nos alegramos con la noticia confirmando la salida de nuestros hermanos religiosos de su cautiverio», comentó un delegado de la palabra en Matagalpa quien pidió el anonimato por razones de seguridad y quien aseguró, ha permanecido en constante oración por los presos políticos y por monseñor Álvarez. «No es posible que aún tengan injustamente enjaulado a monseñor y haciéndole quién sabe qué tipo de barbaridades en esas mazmorras de Ortega», agregó.
Por su parte, otro líder comunitario de la zona sur de la ciudad, identificado solo como Ariel, no ocultó su alegría, pero aclara que no es completa «por la manera en cómo se han dado las cosas». «La felicidad en el Señor es grande porque muchos de sus hijos ya no sufrirán encerrados, pero duele el destierro y sufrimos con el sacrificio de monseñor Rolando», puntualizó.
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Recordó que «anoche (este miércoles) yo le decía a algunos hermanos que poco a poco, Dios padre irá haciendo la obra, pero debemos mantenernos en oración por nuestros sacerdotes, por nuestro Obispo, por nuestra iglesia, por la libertad de Nicaragua», señaló.
Celebran en redes
En redes sociales los matagalpinos no hicieron esperar sus reacciones: «Qué alegre que los hayan liberado, pero el Obispo sigue preso y la dictadura feliz», criticó un ciudadano. «Que Dios proteja a los liberados y que pronto nos haga el milagro para toda Nicaragua», escribió otra católica.
«El Vaticano tiene que hacer más por nuestros hermanos presos políticos. ¿Por qué el Papa no le ha dado la orden a monseñor? Así no podrá rehusarse a ser libre? Él ya se ganó el respeto, la admiración del mundo por su sacrificio, pero lo queremos libre», pidió otro ciudadano desde su cuenta personal.
Feligresía jinotegana también celebra
En tanto, en Jinotega, la feligresía no ha dormido desde anoche que empezaron a circular las informaciones sobre las liberaciones de los religiosos. «Estaba rezando cuando me dieron la hermosa noticia que los padres estaban libres, lloré de alegría, me siento más tranquilo, ya no están sufriendo la represión», aseguró un feligrés que por razones de seguridad para su familia y su persona solicitó no revelar su identidad. Él afirmó que desde que su párroco fue secuestrado, ha mantenido jornadas de oración juntos a su familia.
«Me alivia verlos libres, pero no me alegra saberlos desterrados», fue la reacción de otro católico que pide que su nombre, no sea revelado por temor a represalias del régimen también contra él y su familia, ante la noticia del destierro de su pastor hacia «la ciudad eterna».
Otro laico manifestó «con amargura» que esperaba que los liberaran de verdad. «Es que la acción legal es que hayan sido libres en su país y volvieran a sus parroquias, a su gente, a sus comunidades, pero de este régimen, no se puede esperar mucho», criticó.