Cientos de migrantes en búsqueda del sueño americano se acumulan a diario a los pies del muro fronterizo entre México y la ciudad estadounidense de San Diego, ante la incapacidad de un colapsado sistema migratorio de respuesta con celeridad a la creciente demanda.
Con el flujo avanzando por Estados Unidos, las quejas se repiten en ciudades a millas de kilómetros de la frontera, como Nueva York y Chicago, donde autoridades del Partido Demócrata afirman estar desbordadas administrativamente y exigen más acción de su líder en la Casa Blanca.
“La realidad es que no tenemos suficientes fondos”, dijo a la AFP la presidenta de la Junta de Supervisores del condado de San Diego, Nora Vargas.
“Estamos completamente impactados por la llegada de personas en busca de asilo”, agregó.
“Hemos tratado de diseñar un plan con el condado, el gobierno federal y el estado de California, pero a medida que diseñamos, los números siguen aumentando”, comentó la demócrata. “En consecuencia la semana pasada declaramos una crisis humanitaria”.
Las autoridades fronterizas están tan desbordadas que hace unas semanas comenzaron a repartir brazaletes a los migrantes en la frontera para garantizar que sean atendidos por orden de llegada.
Provenientes de países de América Latina, Asia y África, solos o con familia, guardan horas y hasta días a la intemperie.
Para abrir espacio en sus instalaciones, las autoridades liberan a diario a cientos de migrantes con una orden judicial de presentación, que por el colapso del sistema migratorio puede demorar hasta dos años de espera.
Las imágenes se repiten en otras ciudades fronterizas en estados como Arizona o Texas, en donde el gobernador republicano Greg Abbott adoptó por estrategia mudar el problema de lugar, enviando autobuses con millas de migrantes a estados gobernados por el Partido Demócrata.
– “Insostenible” –
Uno de los destinos preferidos es Nueva York, que en un año ha recibido a más de 100.000 migrantes, generando una crisis logística y asistencial que las autoridades calculan que costará unos 5.000 millones de dólares a las arcas públicas.
El alcalde Eric Adams declaró el estado de emergencia por la crisis, que puso en evidencia las fisuras entre los demócratas en relación al tema migratorio.
“No tenemos capacidad”, dijo el mes pasado la también demócrata gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, a CNN. “Llegamos al límite, si van a dejar su país, vayan a otro lugar”, agregó.
“El presidente y la Casa Blanca le han fallado a la ciudad de Nueva York”, llegó a decir Adams en abril en una rara y más expresa crítica a Washington.
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En la misma dirección reaccionó el gobernador de Illinois, JB Pritzker, quien está lidiando con la llegada de unos 15.000 migrantes a Chicago.
“La falta de intervención y coordinación de la frontera por parte del gobierno federal ha creado una situación insostenible para Illinois”, dijo en una carta a la Casa Blanca a comienzos de mes.
La situación debe agudizarse con estimaciones de que el año fiscal de 2023 (de octubre a septiembre) cierre con más de 2,4 millones de migrantes interceptados en la frontera sur de Estados Unidos, un récord de la serie histórica.
– “Decepcionante” –
El tema, crucial para la plataforma republicana, debe marcar las presidenciales de Estados Unidos en 2024 a las cuales Joe Biden, en busca de la reelección, llegará con un electorado defraudado.
“Votamos por ellos para que podamos cumplir las promesas que hicieron”, dijo Ruth Méndez, del Centro Jurídico de Defensores de los Inmigrantes, que asiste a diario a cientos de solicitantes de asilo en San Diego. “Pero ha sido decepcionante”.
“La administración hizo muchas promesas que rompió”, afirma Robert Vivar, miembro de varias organizaciones sin fines de lucro en San Diego.