El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves y su homologo de Panamá, Laurentino Cortizo, firmaron un acuerdo para acreditar 200 buses que trasladen a migrantes desde su salida de la selva El Darién, en territorio panameño, hacia el puesto fronterizo de Peñas Blancas, en Nicaragua, en su ruta hacia Estados Unidos.
Tras concluir la gira de trabajo por el Darién y mirar cómo salía la caravana de migrantes de la selva, ambos mandatarios se reunieron en la Estación de Recepción de Migrantes (ERM) de Lajas Blancas, donde informaron que la acreditación de las unidades de transporte que trasladarán de forma expedita y segura a los migrantes, será el lunes nueve de octubre.
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Chaves, quien en reiteradas ocasiones se ha expresado con términos hostiles hacia de los migrantes, afirmó, en conferencia de prensa, que 100 buses ya están listos para trasladar a los ciudadanos de Panamá hacia el Centro de Atención Temporal para Personas Migrantes en Costa Rica.
«Que no se baje la gente en Paso Canoas»; expresó Chaves con un tono no amigable, afirmando que en el Centro se brindará «la logística» a los migrantes y luego se les enviará nuevamente en bus hacia la zona fronteriza con Nicaragua.
A la vez dijo que esta medida ayudará a desahogar el flujo de migrantes en Paso Canoas para que «Costa Rica sienta lo menos posible ese flujo migratorio y con el fin de que los habitantes no observen casas de campaña en sus poblados ni los otros problemas que acarrea la migración irregular».
El costo para trasladar a los migrantes oscila entre los 4 y 5 millones de dólares, explicaron los mandatarios, sin embargo, agregaron que cada uno pagará su pasaje. De Panamá hacia el Centro de Atención, oscila en 40 dólares y cuya demanda de buses dependerá del flujo de personas por día
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Por su parte, el presidente panameño, Laurentino Cortizo, afirmó que la relación con Costa Rica «es especial» y están trabajando para que el flujo migratorio de migrantes sea «lo más ordenado posible».
Tras el acuerdo firmado, ambos mandatarios instaron a los jefes de estados de la región a reunirse el 20 de octubre, fecha propuesta por México, para atender la situación migratoria.
«Tienen que estar todos los que tienen injerencia en este proceso, incluyendo la representación más alta de los Estados Unidos», exigió Chaves, respaldado por Cortizo, quien aseguró que esta reunión es muy importante «para que los presidentes de la región hablemos con claridad y franqueza».