Pobladores de Bluefields no logran entender esto: las autoridades del régimen de Daniel Ortega anunciaron con bombos y platillos la inversión de 35 millones de dólares para resolver el problema del agua potable en esta ciudad, pero la escasez continúa. Hace un año dijeron que la obra estaba en su etapa final.
«¿Qué hicieron con tanto dinero?», se preguntan en el municipio. En noviembre del año pasado, el proyecto fue difundido en los medios de propaganda del régimen y vendido como la solución definitiva a la falta de agua para los barrios de este municipio del Caribe Sur.
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Los periodistas oficialistas anunciaron que el proyecto inició en 2017. La inversión de 35 millones de dólares, justificaba el hecho de que con las obras se solucionaría el problema de la falta de agua y desde ese momento, se esperaba un abastecimiento de hasta un 100 por ciento de los barrios del municipio.

Pero todo fue un engaño. Hasta el día de hoy, un buen número de familias de este municipio, sigue esperando que haya servicio de agua sin interrupción y que se vean los resultados de un proyecto millonario que publicitaron las autoridades locales y en el que se deshicieron en halagos y agradecimientos a Daniel Ortega y Rosario Murillo, a quienes según dijeron, los bluefileños le deberían el fallido proyecto.
¿Qué pasó con el agua y el dinero?
Tras pasar un año de haber anunciado las bondades de aquella inversión millonaria, las quejas en los barrios de Bluefields aumentan. «Se dijo que el calvario de la falta de agua acabaría y aquí estamos igual», dijo una pobladora molesta.
Asimismo, aseguró que otro problema, es que el agua de los pozos no parece potable para el consumo. «Está saliendo contaminada, es posible que sea el efecto de las lluvias, aquí seguimos sufriendo sed», indicó.
Alejandrina López, una habitante del barrio «Ricardo Morales Avilés», una de las zonas donde el agua falta, reclamó a las autoridades locales por lo que viven. «Aquí estamos sin agua desde hace semanas, anteriormente recibíamos el servicio tres horas en la mañana y tres horas en la noche, pero ahora no nos está llegando ni una gota de agua, y la empresa no explica nada. Mientras la población sigue sufriendo por la falta de agua, los recibos salen caros, como si tal consumiéramos lo suficiente, queremos un mejor servicio porque por eso se paga», demandó la ciudadana.

Mientras en el barrio «Nueva York», la familia López también denunció públicamente que solo les llegan gotas de agua y no el chorro que antes salía de manera normal. Han ido a exponer la situación a la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), pero siguen esperando que las cuadrillas lleguen a revisar. Como si no fuera suficiente, el recibo de cobro, llega puntal.
«El agua aquí es escasa, pozos hay pocos y pagamos por un servicio que cada vez es deplorable», aseguraron los quejosos. En 2021 también se inauguró otra de las fases del proyecto. Igual se dijo que con la obra, habría capacidad de prestar el servicio las 24 horas, los siete días de la semana en el casco urbano, sin embargo, la realidad ha sido otra, se lamentan los pobladores.
La obra fue financiada por la Unión Europea. Con ello se buscaba que 12 mil familias de Bluefields, pudieran contar con un servicio de agua segura, que además fomentaría el turismo, pero tampoco ha pasado.
Sin agua, pero calles quedaron en mal estado por la obra
El proyecto de agua no cumplió con satisfacer las necesidades del abastecimiento, pero heredó a los bluefileños calles deterioradas por las excavaciones para las nuevas tuberías. En cuanto a este tema, el sector de transporte es el más afectado debido a los estragos que causan las averías para circular y que congestionan el tráfico.
«La situación en algunas vías es caótica, desde la ejecución del proyecto hasta esta fecha, seguimos lidiando con las calles dañadas, con hoyos, baches y hasta zanjas abiertas que solo apuntan a daños a los vehículos y peligros de accidentes» criticó por su lado Rafael Calero, director de una escuela de manejo en Bluefields.
Por Voces Unidas