La vocera del régimen sandinista, Rosario Murillo, una vez más despotricó contra los opositores. En su alocución del martes, 19 de septiembre, la vicedictadora llamó a sus críticos a «arrepentirse» y «reconocer los crímenes que han cometido», en referencia a las protestas sociales de 2018, las que fueron reprimidas por la administración orteguista y dejaron un saldo de más de 350 ciudadanos asesinados.
«Me imagino lo difícil que debe ser estar entre esos nicaragüenses que llenos de odio, todavía envenenados el corazón despotrican contra todos los logros del pueblo, de las familias nicaragüenses que estamos en paz por gracia de Dios y que custodiamos la paz», dijo Murillo.
Subrayó que «debe ser muy difícil estar en esa piel, por no decir pellejo, estar en esa piel y no arrepentirse, porque la esencia del cristianismo es saber que cuando se comete errores, fallas, pecados y pecados capitales, como los crímenes, reconocerlos y avanzar por lo menos para no repetir, para no repetir acciones desde el enervamiento del odio y desde el servilismo a quienes han querido y quieren seguir dominando el mundo, el servilismo y el vendepatrismo».
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La segunda al mando de la dictadura también señaló que para los opositores deber ser «muy difícil estar viendo el progreso» que su administración ha traído a Nicaragua.
En ese sentido, llamó a los opositores desterrados y obligados al exilio a que «abran sus corazones» para que logren «perdonarse a sí mismos». Además, les reiteró que se arrepientan para «que un día todos los nicaragüenses podamos estar juntos creyendo y creando la Nicaragua que todos soñamos, que no es una Nicaragua de servidumbre a los imperios».
«Debe ser difícil ver pero lo hacen todavía más difícil porque niegan, una negación irracional de las realidades que sostenemos con tanto orgullo las familias nicaragüenses, negación y perversión, pero bueno, nos llamamos siempre a ver la paja en el ojo propio y no en el ajeno, nadie es perfecto, pero de nobleza, de corazón noble es reconocer, la envidia, la codicia, la ambición y el servilismo ciegan a tanta gente, Dios quiera que vayan abriendo sus corazones, Dios quiera que se perdonen así mismos para ver siempre más allá», dijo.
«Nicaragua limpia de odio», según Murillo
Por otro lado, Rosario Murillo resaltó que toda Nicaragua está limpia de odio, en alusión a los más de 300 nicaragüenses que han desterrado, los miles de ciudadanos que se han vistos obligados a exiliarse y los casi 100 religiosos que han expulsado del país.
«Nicaragua entera en primer lugar limpia de odio, en primer lugar, limpia de servilismo y servidumbre a quienes han querido acabar con nosotros y en primer lugar limpia de todas las basuras posibles», apuntó.
«Somos un pueblo de vencimiento, por eso decimos todos los días vencemos y venceremos. Hemos vencido el odio, la miseria, la mezquindad espiritual humana desde una cultura de valores, de aprecio, de cariño y de amor a nuestra tierra sagrada, bendecida nuestra Nicaragua prosperada y victoriosa. Mi municipio y mi Nicaragua limpia de odio, y llenos de cariño y de convivencia, capacidad de convivir con respeto, sensibilidad, solidaridad», agregó, la misma persona a quien no le ha temblado el pulso para ordenar disparar contra los nicaragüenses simplemente por que critican sus desmanes y sus crímenes.
Además de ordenar matar, secuestrar, encarcelar e imponer el terror, Rosario Murillo se deshace en insultos cotidianos contra sus oponentes, lo que evidentemente no tiene nada que ver con amor, compasión ni perdón.