Opositores y críticos al régimen de Daniel Ortega desmintieron las recientes declaraciones de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien durante su intervención en la Cumbre del G77+China, celebrada entre el 15 y 16 de septiembre, en La Habana, Cuba, demandó un cese inexistente de «bloqueo» en términos económicos a Nicaragua.
«Denunciamos enérgicamente el injusto bloqueo contra Venezuela y Nicaragua», exigió la mandataria hondureña, quien además dijo que «de qué serviría el G77, el Banco Mundial, la Celac, la Naciones Unidas si no somos capaces de detener los bloqueos e injustas sanciones impuestas por la hegemonía del capital sobre el ser humano y las guerras promovidas por el complejo industrial militar que causan sufrimiento y dolor en el mundo».
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Tras estas afirmaciones, la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) señaló, a través de su cuenta de X, que «en Nicaragua no hay bloqueo. Hay una dictadura que es aliada del gobierno corrupto de Xiomara Castro y Mel (Manuel) Zelaya. Libre es un partido prodictaduras y crímenes de lesa humanidad».
Por su parte, el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields Yescas, expresó que «al parecer» la mandataria de Honduras «ha sufrido daño cerebral severo» porque en Nicaragua no existe ningún bloqueo, «lo que existe es un dictador cobarde —Daniel Ortega— que encarcela sacerdotes», en referencia a los ocho religiosos en prisión.
La mentira o desinformación de Castro también fue criticada por la poetisa y desterrada política, Gioconda Belli, la que afirmó que «no es cierto que haya “bloqueo” sobre Nicaragua. Su principal socio comercial es EE.UU.».
«La economía también la sostienen millones de dólares de las remesas familiares del 10% de la población que ha salido del país por la represión. Ortega no es víctima, es agresor», resaltó la escritora.
También el periodista Carlos F Chamorro corrigió a Xiomara Castro, remarcando que en Nicaragua no hay ningún bloqueo económico o comercial, «lo que tenemos son 80 presos políticos, entre ellos siete sacerdotes y un obispo, y 700 000 exiliados desde 2018, por la persecución política de la dictadura Ortega Murillo».
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El único bloqueo económico que tuvo Nicaragua fue en 1985, cuando el primero de mayo de ese año el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, anunció un paquete de sanciones económicas contra Nicaragua, bajo la primera administración sandinista.
El decreto de embargo prohibía la importación y exportación de productos, y golpeaba el tráfico aéreo y marítimo entre ambos países. El bloqueo tuvo efectos devastadores en la economía y fue suspendido en 1990, poco después que Violeta Barrios de Chamorro derrotara a Daniel Ortega en las elecciones presidenciales.
Hasta el día de hoy, EE.UU. es el mayor socio comercial de Nicaragua, a pesar que le ha impuesto sanciones debido al autoritarismo y represión que la dictadura de Ortega ha impuesto contra los ciudadanos.