Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, retomando el evangelio de San Mateo, correspondiente a este 17 de septiembre; exhortó a perdonar, pero sin cesar la demanda de justicia.
Aludiendo a los abusos de poder cometidos por regímenes autoritarios como el de Daniel Ortega, el religioso aclaró a la feligresía de iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, que cuando se habla de perdón, no se está negando la justicia, «ni favoreciendo de impunidad en la sociedad, ni estamos diciendo que hay que olvidar el sufrimiento de las víctimas y pasar página».
Notifica relacionada: Monseñor Báez critica a aquellos que «ansían poder y fama, sin importar los costos»
«Una injusticia no reparada socava la convivencia social; un perdón otorgado a expensas de la justicia, en lugar de cerrar las heridas, las profundiza aún más. Los crímenes cometidos por los opresores y verdugos deben ser llevados ante los tribunales y los responsables deben enfrentar las consecuencias por sus acciones», afirmó el obispo.
Señaló, además, que el perdón exige la conversión no de quien ha cometido el mal, sino de quien lo ha sufrido. «Es la víctima quien debe convertirse. El perdón, como su nombre lo indica es un “don” siempre inmerecido para quien los recibe. Siempre perdonamos lo imperdonable», insistió.
No pagar mala por mal
En cuanto al mal que sufren las personas a manos de otros, monseñor Báez dijo que «casi instintivamente creemos que el mal se puede “reparar” por medio de otro mal, dañando al que nos ha dañado, excluyendo al que nos ha ofendido o guardando rencor al que nos ha hecho mal, sin embargo, esto no sana la herida recibida, ni devuelve la dignidad perdida, ni da fuerzas para empezar de nuevo, más bien eleva el grado de dolor y de violencia».
«No se cura una herida produciendo otra. Ser crueles, odiar, guardar resentimiento en el corazón y querer vengarse, son acciones que dañan profundamente nuestra vida y producen graves desequilibrios emocionales. Quien daña, se hace daño», agregó.
También subrayó que perdonados por Dios, todas las sociedades deberían ser conducidas espontáneamente a perdonar a los demás. «Un corazón incapaz de perdonar es un corazón rodeado de un muro impenetrable que no puede ser atravesado ni por el amor de Dios», lamentó.
Noticia relacionada: Monseñor Báez resalta la resistencia de la Iglesia frente a los gobernantes «autoritarios y represivos que la persiguen y agreden»
«El perdón detiene la propagación del mal y nos libera de convertirnos en prisioneros de nuestros errores y rencores. El perdón rompe la oscura lógica de la culpa y la venganza. Un mundo sin perdón sería insoportable, cruel e inhumano, —sin embargo—, perdonar es no resignarnos a que el pecado y el mal tengan la última palabra en la vida», concluyó el jerarca.
Monseñor Silvio Báez, quien vive un exilio debido a la persecución por parte del régimen de Daniel Ortega, ha llamado en reiteradas ocasiones a seguir resintiendo ante la ola represiva que vive el país; además ha instado a saber perdonar «lo imperdonable».