El líder republicano de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy, se declaró el martes partidario de abrir una investigación por presunta corrupción para destituir al presidente Joe Biden.
“Estoy pidiendo a nuestro comité de la Cámara de Representantes que abra una investigación formal de juicio político contra el presidente Joe Biden”, dijo, afirmando que el mandatario demócrata “mintió” al pueblo estadounidense sobre los negocios de su hijo en el extranjero.
Hunter Biden, el hijo de 53 años del presidente, se ha convertido en el objetivo favorito de la derecha estadounidense. Le acusan, en particular, de haber realizado acuerdos cuestionables en Ucrania y China mientras Joe Biden era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), aprovechando los contactos y el nombre de su padre.
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La Constitución de Estados Unidos establece que el Congreso puede destituir al presidente en caso de “traición, soborno u otros crímenes y delitos mayores”.
La apertura de un procedimiento de ‘impeachment’ es reclamada desde hace meses por el ala trumpista del Partido Republicano, con la que McCarthy tuvo que hacer numerosos compromisos para acceder al poder en enero.
Sin embargo, varios legisladores republicanos moderados se oponen a esta investigación por temor a transformar el procedimiento en un ejercicio puramente partidario.
Los demócratas responden que estos esfuerzos de la derecha no son más que cortinas de humo utilizadas para ocultar los problemas legales que se le acumulan a Donald Trump, inculpado cuatro veces en menos de seis meses.
La Casa Blanca salió al paso de las declaraciones de McCarthy. “La Cámara de Representantes ha investigado al presiden durante nueve meses y no han encontrado ninguna prueba de irregularidades”, dijo Ian Sams, portavoz gubernamental para supervisión e investigaciones, en X.
La petición de un proceso de juicio político es “política extrema en su pero versión”, añadió.
Hasta ahora, nunca un presidente ha sido destituido en un juicio político en la historia de Estados Unidos.
Tres fueron acusados: Andrew Johnson en 1868, Bill Clinton en 1998 y Trump en 2019 y 2021. Pero todos fueron finalmente absueltos.
Richard Nixon prefirió dimitir en 1974 para evitar una destitución segura por parte del Congreso a causa del escándalo Watergate.