En entrevista con la cadena de noticia internacional CNN en Español, el presidente de la Asociación de Universidades Jesuitas de América Latina, doctor Luis Arriaga Valenzuela, se refirió al robo de la Universidad Centroamericana (UCA), de Nicaragua, y las opciones que existen para los estudiantes de esa casa de estudios.
El también rector de la Universidad Iberoamericana, en Ciudad de México, señaló que el ataque y consumación del robo a la UCA escaló en una semana, aunque según explicó al medio, se viene fraguando desde el 2018, año en que se desataron las protestas sociales en Nicaragua.
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«Como se sabe, se dieron varios ataques y hostigamientos a la universidad luego que esta mostró su fase universitaria, que es asumir una postura crítica frente a las violaciones de derechos humanos que se estaban cometiendo en Nicaragua», sostuvo el académico.
Recordó que desde hace cinco años, la dictadura Ortega y Murillo desató una escalada represiva en contra de la alma mater, propiedad de los jesuitas, donde, además, se le retiró el subsidio del 6% constitucional, «hasta que desembocó en esta lamentable situación que absolutamente reprobamos y negamos los cargos que se imputan, porque no hubo ni siquiera un debido proceso», refirió Arriaga Valenzuela.
Jesuitas expulsados de sus propiedades
Por otra parte, denunció que, incluso, el régimen de Ortega despojó a la Compañía de Jesús de sus propiedades, no sin antes sacar a los jesuitas de la comunidad, sin tener derecho a sacar sus pertenencias.
«Utilizaron argumentos falsos y un sistema de justicia muy de acuerdo a los vaivenes del poder político —Ortega y Murillo— arbitrario y represor para robarnos la universidad», denunció el rector universitario.
Además, apuntó que hasta el momento la justicia orteguista no ha detenido a ningún sacerdote jesuita, pero sí ha arremetido en contra jóvenes universitarios y sacerdotes nicaragüenses, como el caso del obispo, monseñor Rolando Álvarez.
Búsqueda de un diálogo sin respuesta
A la pregunta de que si la UCA ha buscado algún tipo de gestión con el régimen orteguista, Luis Arriaga afirmó que la Compañía de Jesús ha asumido una postura dialogante para que se les puedan devolver sus bienes, «sin embargo no ha habido respuestas civilizadas, solo este tipo de agresiones».
«Lo que sucedió en la UCA es un atentado muy fuerte y una violación muy grave al derecho a la educación, a la libre asociación y sobre todo a la libertad de expresión», recalcó.
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Asimismo subrayó que ante la arremetida contra la UCA se «quedan indefensos» más de 4,500 estudiantes, profesores y personal administrativo, «que lamentablemente se han visto agraviados sus derechos, en un estado donde no hay equilibrio de poderes».
Además indicó que como institución académica están en la disposición de ayudar a sus estudiantes que quedan sin ningún estatus jurídico y que ni siquiera tienen acceso a sus expedientes, «por lo que complica el traslado que eventualmente se tendría que hacer».
En cuanto al futuro de sus estudiantes de la UCA, Arriaga Valenzuela informó que se abrió en la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús, que conforman 30 universidades en 15 países, 500 materias en líneas «para que estudiantes de toda la región puedan tener acceso a los mejores profesores que tenemos», concluyó.
El pasado 15 de agosto la UCA fue acusada de terrorismo por el Poder Judicial al servicio de la dictadura. Un día después, sus bienes fueron confiscados. El jueves, 17, el CNU le retiró su permiso de funcionamiento como institución de educación superior y simultáneamente creó la nueva universidad Casimiro Sotelo, inventada para pasarle todos los bienes de la Universidad Centroamericana.