El Observatorio de la Democracia de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) catalogó la reciente confiscación de facto de la Universidad Centroamericana (UCA) como un «atentado contra la autonomía universitaria y la libertad académica» en Nicaragua.
El organismo también denunció que esta acción represiva perpetrada por el régimen de Daniel Ortega «es un claro ejemplo de la violación de derechos humanos fundamentales para la salud de toda sociedad democrática».
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«Como Observatorio de la Democracia de AUSJAL insistimos que este es un sistema que descansa en el respeto a las libertades individuales, la separación de poderes, la transparencia y la participación ciudadana. La toma violenta de una institución de educación superior por fuerzas gubernamentales contradice fundamentalmente estos principios», subrayó en un comunicado la entidad.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó, a través del Consejo Nacional de Universidades (CNU), crear la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro sobre las instalaciones de la Universidad Centroamericana (UCA), que fue confiscada este 16 de agosto, tras ser acusada de supuesto terrorismo por el Poder Judicial del régimen.
De igual manera, contra toda lógica de autonomía universitaria, los subordinados de Ortega y Murillo dentro del CNU nombraron rector de la nueva universidad a Alejandro Enrique Genet Cruz, un eterno decano de la Facultad de Educación de la UNAN-Managua, que nunca progresó en ese cargo en dicha universidad; y como vicerrectora general a Luz Marina Ortiz Narváez. Además, nombraron como secretario general a Moisés Ignacio Palacios.
La persona designada por la dictadura para ocupar el cargo de rector de la universidad fundada sobre los bienes robados a la UCA, Alejandro Enrique Genet Cruz, es un veterano docente, leal al sandinismo, que ha trabajado en la UNAN-Managua por más de 40 años, según una corta biografía que han publicado algunos medios de la propaganda oficialista.
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La confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) ejecutada por la dictadura Ortega-Murillo ha llenado de indignación a los actuales estudiantes y, pese al comunicado del Consejo Nacional de Universidades (CNU) tratando de tranquilizarlos ofreciendo «continuidad de estudios», algunos universitarios no están seguros de seguir sus carreras ahí porque «la van a llenar de fanáticos orteguistas y militantes de la juventud sandinista».
El CNU emitió un comunicado, casi inmediatamente después que la dictadura ordenara la confiscación de la UCA, anunciando a los estudiantes de esa alma mater que, como órgano rector de la educación superior «trabajan para dar continuidad a los estudiantes de grado y posgrado» de esa universidad a la que llaman «extinta».
Asimismo, piden a los estudiantes estar atentos al llamado para reanudar las actividades académicas.No obstante el comunicado del CNU, estudiantes activos que hablaron con Artículo 66 a condición de anonimato, expresaron su indignación por la confiscación y a la vez su inseguridad de continuar sus estudios en la UCA tras la confiscación porque, la que fue una de las más prestigiosas casa de estudios superiores del país, ahora será convertida en «cuartel sandinista».
Una estudiante que cursa tercer año de una de las carreras que imparte la universidad confiscada dijo estar enfrentando sentimientos encontrados, sobre todo indignación e impotencia. «Estoy muy triste, se me han salido las lágrimas, pero a la vez siento indignación e impotencia ante semejante barbaridad, no puedo llamarlo de otra manera, es una barbaridad, solo a gente tan mala como Daniel Ortega y Rosario Murillo se le puede ocurrir confiscar una universidad como la UCA», dijo la estudiante.