Más de 1.600 pandilleros fueron trasladados este martes entre dos cárceles de Honduras, en un fuerte despliegue emprendido por las autoridades en las operaciones encaminadas a pacificar las prisiones, informó la Policía Militar de Orden Público (PMOP).
En las operaciones simultáneas, la PMOP trasladó “1.628 miembros (…) de maras y pandillas”, anotó un comunicado de la institución policial militar encargada por la presidenta Xiomara Castro de tomar el control de 25 prisiones, donde hay cerca de 20.000 reos.
El cuerpo de seguridad dijo que trasladó 802 presos desde el penal de El Pozo, con sede en Ilama, unos 180 km al noroeste de la capital, hasta la cárcel penal de La Tolva, en Morocelí, a unos 60 km al este de Tegucigalpa. En sentido inverso, las autoridades enviaron a 828 reos desde La Tolva hasta El Pozo.
La PMOP divulgó videos del momento en el que policías militares de las prisiones sacan de las cárceles a los pandilleros con las manos en la cabeza, luego subidos en un convoy de camiones verde olivo.
La operación tiene “el fin de retomar el control de los centros penitenciarios”, en los cuales se habían reportado “acciones de violencia”, dijo la policía.
El pasado lunes, autoridades de la PMOP destruyeron cientos de armas de fuego, fusiles AR-15, AK-47, UZI, pistolas, revólveres, granadas, miles de proyectiles y cientos de armas blancas decomisados en cinco cárceles. Las armas fueron ingresadas por los reos sobornando a los custodios anteriores, según la PMOP.
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“La misión de la PMOP, siguiendo las órdenes de la presidenta Castro, es desmontar estar escuelas del crimen”, dijo durante la destrucción de las armas el ministro de Defensa, José Manuel Zelaya.
Las operaciones empezaron el 26 de junio, una semana después de que en una cárcel de mujeres ubicada en la zona de Támara, el norte de Tegucigalpa, reclusas de la pandilla Barrio 18 salieran de su módulo e irrumpieran en el que estaban las rivales de la MS-13. Las atacaron a tiros y prendieron fuego al centro con un saldo de 46 fallecidas.
En los últimos 20 años se registraron más de 1.000 muertos en las cárceles de Honduras, según el estatal Comisionado de Derechos Humanos. La peor tragedia ocurrió en Comayagua, centro del país, donde en un incendio perecieron 362 personas en 2012.