El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), bajo órdenes de Daniel Ortega, designó a Iris Audelly Acuña Huete como «ministra consejera con funciones consulares» de Nicaragua ante la República de Honduras.
A través del acuerdo ministerial 25-2023, publicado en La Gaceta este miércoles, cinco de julio, el canciller Denis Moncada oficializó el nombramiento de Acuña Huete para que represente a la embajada nicaragüense en el país vecino del norte.
El nuevo nombramiento de la funcionaria orteguista se da casi tres meses después, que el régimen la destituyera como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de Nicaragua ante la República Dominicana, para el que había sido designada el 21 de febrero de 2019.
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En marzo de este año, la vicepresidenta Rosario Murillo informó que Acuña Huete iba a ocupar «otras funciones», sin especificar cuáles.
Hasta el momento, Sidhartha Francisco Marín Aráuz se desempeña como embajador extraordinario y plenipotenciario de Nicaragua ante Honduras. El diplomático fue designado como embajador en Tegucigalpa el pasado 17 de mayo de 2022, mediante el acuerdo presidencial número 80-2022.
Régimen «quita y pone» embajadores a su antojo
La administración Ortega Murillo mantiene un constante movimiento en el servicio exterior. Nombran y destituyen embajadores casi todas las semanas. Muchos representantes duran poco tiempo en el cargo.
Para un exdiplomático nicaragüense que solicito mantener en reserva su identidad, en nicaragua la Cancillería, como órgano rector de la diplomacia, ha sido despojada de toda autoridad por los dictadores, que manejan el cuerpo diplomático a su antojo.
«Actualmente no existe en Nicaragua ni una Cancillería ni canciller, básicamente todo funciona desde El Carmen», critica el exdiplomático, refiriéndose a la poca o nula autoridad que tiene el canciller Denis Moncada, que en viajes oficiales se le ve opacado y subordinado al hijo de los dictadores, Laureano Ortega.
Explica que hace algún tiempo, los dictadores solo se preocupaban por controlar algunas embajadas, las de mayor interés para ellos, pero «Cada día más se está centralizando toda la actividad diplomática desde El Carmen. Ya no hay diplomáticos, sino operadores del régimen», destacó.