Marcelo de Jesús Mayorga López, conocido como «el hombre de la tiradora», cumplió cinco años de haber sido asesinado de un disparo de fusil AK47, el 19 de junio del 2018, durante la primera fase del denominado «plan limpieza» en la ciudad de Masaya, ordenado por el régimen de Daniel Ortega para desmontar a punta de balas las barricadas que los ciudadanos levantaron como forma de protesta.
El disparo que acabó con la vida del opositor fue en su cabeza, cayendo fulminado a una cuadra de la Iglesia San Jerónimo, de la ciudad de las flores. En una fotografía se evidenció que en sus manos llevaba una tiradora, la única «arma» con la que se defendía.
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Un video aficionado logró captar el momento cuando Auxiliadora Cardoze, esposa de Mayorga, llegaba a recuperar el cuerpo del «hombre de la tiradora», llevándoselo en un carretón, propiedad de la Alcaldía de Masaya, hacia su casa, ubicada en el Barrio El Repliegue.
«Marcelo solo andaba una tiradora y una mochila con libros, porque él decía que esos libros podían protegerlo de una bala. No tenía ninguna otra arma que su tiradora pero al gobierno no le importó y me lo mató, me quitó a mi vida, el sustento de mis hijos», dijo en una pasada entrevista a Artículo 66 la viuda de Mayorga.
Sin Justicia
El asesinato de Mayorga, al igual que los otros 36 ciudadanos muertos en Masaya, a manos de la dictadura de Ortega, sigue en la impunidad. «La muerte de mi esposo no tiene reparación alguna y no se le ha hecho justicia, pero pronto llegará, porque la pareja presidencial —Daniel Ortega y Rosario Murillo— tiene que pagar sus crímenes», sostuvo Cardoze en la misma entrevista de hace varios años.
En los primeros años del asesinato de Marcelo Mayorga, su familia realizaba una misa en su honor y demandaba justicia, sin embargo la ola represiva de la dictadura de Nicaragua ha impedido que se puedan realizar actividades conmemorativas.

Mayorga procreó dos hijos con su esposa, Auxiliadora Cardoze, con quien convivió 20 años; Marcelo de Jesús y Ricardo Armando, los que recuerdan a su padre como «una gran persona».
Hasta la fecha, la dictadura de Nicaragua no aclara ni hace justicia por todas las víctimas del 2018, más bien sigue su ola represiva en contra de los nicaragüenses, encarcelando y obligando al exilió a miles opositores.