A través del más reciente boletín «Perspectivas 172» el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam) señala la «urgente» necesidad de la unidad de la oposición nicaragüense para derrotar al régimen de Daniel Ortega.
En su análisis, Cetcam indicó que la demanda de unidad en Nicaragua se ha incrementado a raíz de la excarcelación, el nueve de febrero, de 222 presos políticos «y su paulatina incorporación a espacios de participación política».
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«Indudablemente, el regreso a la vida pública de los excarcelados políticos ha infundido nuevas esperanzas a una buena parte de la población, y desde antes de su excarcelación estaban en curso distintas iniciativas y esfuerzos en esa dirección», detalló el informe.
El centro hizo énfasis en que la unidad de las fuerzas opositoras en Nicaragua ha significado un reto porque «lamentablemente se han hecho varios intentos que no han fructificado».
En cuanto a los esfuerzos para que se logre la unidad en Nicaragua, los investigadores subrayaron que la oposición debe de reconocer «que todos los que luchan por el cambio político y la salida de la dictadura son opositores, pero no todos pueden considerarse demócratas consecuentes».
Para el Centro de Estudios Transdisciplinarios, los grupos o agrupaciones que pueden lograr la unidad en el país, son «personas con valores democráticos, respetuosos de las diferencias y con vocación incluyente».
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«Estos grupos existen y es cierto que tienen diferencias que a veces se perciben como profundas, pero durante los últimos cinco años un buen grupo ha venido construyendo experiencia y madurez política», recalcó el informe, sin especificar quiénes son esos grupos que luchan por la unidad.
Por otra parte, recordó que la unidad de las fuerzas opositoras en Nicaragua ha sido una demanda desde 2018, donde se han hecho varios intentos que no han fructificado, «dejando mal sabores y desconfianzas de tal manera que para algunos es mejor no hablar de unidad, sino más utilizar otros términos como concertación, convergencia, frente amplio, entre otros».
Sumado a lo anterior, el organismo valoró que «algunos ciudadanos» consideran que sin unidad no habrá transición democrática; «otros advierten que sin ella no se podrá conseguir apoyo de la comunidad internacional y no será posible derrotar Ortega.
Tras las protestas sociales en 2018, la división de grupos opositores fue notoria, donde nunca pudieron llegar a conceso de una verdadera unidad, lo que, para críticos, fue una oportunidad para que Ortega arreciara su represión, la que continúa hasta la fecha, dejando más exilio y presos políticos.