Pobladores de Matagalpa criticaron el uso que las autoridades municipales le dan al Parque de Ferias, un lugar en el que se invirtió millones de sus impuestos y que es utilizado como aparcadero de furgones.
En el mes de febrero del año 2018, el gobierno municipal de esta ciudad, anunció con «bombos y platillos» que por órdenes del «comandante y la compañera» se construiría con una millonaria inversión un campo de ferias de la ciudad, la que estaría lejos del centro de la misma para que el movimiento comercial fuese ordenado y no afectara el resto de la vida en Matagalpa.
En su momento, el alcalde sancionado Sadrach Zeledón, los concejales impuestos por el orteguismo, delegados de instituciones del Estado, miembros de la juventud sandinista y propagandistas del régimen en barrios y comunidades, aplaudieron la obra que consideraron sería «de gran impacto para las familias matagalpinas».
«Sería un referente»
Para ese momento, el régimen consideró que el Campo de Ferias de Waswalí apuntaba a realizar «las futuras ferias temáticas y se convertiría en un referente para la comercialización de diversos productos de la zona norte del país».
El Parque de Ferias está ubicado en la comunidad de Waswalí, a unos cinco kilómetros al sur de la Perla del Septentrión, sobre la carretera a Sébaco, en donde antiguamente fue el beneficio Las 3M, una propiedad de casi una manzana de extensión.
Para su estreno, a mediados de febrero del 2018, el régimen construyó una decena de módulos para expositores, adoquinado del campo, una tarima de concreto y un amplio salón para convenciones, como parte de la primera etapa, y la promesa de construir a lo inmediato más y mayores módulos, incluyendo un «museo nacional del café con el fin de rescatar la historia de este rubro en la región».
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Pero con lo que ha pasado, diferentes economistas coincidieron en que todo «este desfile de supuestas inversiones, construcciones y planes, no ha sido más que pura bulla mediática, de propaganda para gastar dinero innecesariamente».
Lugar de ferias a la fuerza
Cuando las autoridades municipales de Matagalpa convocan a actividades tipo ferias, lo hacen frente a la Catedral, en un afán de entorpecer el acceso al templo.
«Cierran las calles que van a iglesia, antes era frente a la Policía, después se fueron frente al parque Morazán y ahora casi se meten a la Catedral con las ferias del maíz, del café, del cacao, feria de todo, la bullaranga arrecha que arman, trancan las calles cercanas, desvían el tráfico, un caos», se quejó una matagalpina que pide hablar bajo identidad reservada.
Para ella ha sido un desperdicio levantar todo un supuesto «parque de ferias para dinamizar la economía de las familias, y el tal parque, ni siquiera lo abren al público, ni llevan ferias ni nada de eso».
El local donde debía funcionar el Parque de Ferias de Waswalí sirve para dos cosas el día de hoy: primero para parqueo de media docena de furgones acondicionados para que funcionen las clínicas móviles del Ministerio de Salud (Minsa); y segundo, como otro comando de policías antimotines que permanecen las 24 horas del día entrando y saliendo armados, a pie, motorizados y en patrullas.
Lugar inadecuado
Otro economista, que pide sólo ser llamado Alfonso, consideró que «en la construcción del Parque de Ferias de Matagalpa, se gastaron millones de córdobas en algo que ellos sabían perfectamente que no serviría para la idea que tenían, o sea es un desperdicio».
«Hablamos de un lugar que está lejos de la ciudad, cinco kilómetros, a donde se llega en vehículo privado o en ruta, lo más barato, y lo más caro en taxi. ¿Quién va a gastar dinero y arriesgar la vida para ir a una feria y volver hasta la media noche y lejos de la ciudad? Es absurdo, es un desperdicio», criticó.
En Matagalpa la dictadura ha organizado ferias todos los fines de semana casi en las puertas de acceso a Catedral. Lo hizo en el aniversario de la ciudad el 14 de febrero, luego la Feria del Maíz a mediados de año, la Feria Agropecuaria, la Feria del Café, la del Cacao y la Navideña.
Por Voces Unidas