La vocera del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, tildó a las dirigentes de la Fundación María Cavalleri de personas «malas y burlescas», luego que las defensoras de los derechos de las mujeres catalogaran como una ofensa que la dictadura utilice el nombre de «Las Mujeres del Cuá» para montar un nuevo centro de capacitación en la propiedad confiscada a la entidad.
En su letanía de este miércoles, 31 de mayo, Murillo cuestionó que a «cuántos les puede molestar que un centro de capacitación lleve el nombre de esas heroicas y admirables mujeres del Cuá».
«Solamente a la gente mala es la verdad, solamente al que se burla de las torturas, los sufrimientos y las vidas que se entregaron en amor a Nicaragua durante la nefasta oscurana de la dictadura somocista», sostuvo.
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«A ellos, a los somocistas les molesta que los centros de capacitación lleven los nombres de los luchadores, de las mujeres heroicas, de las personas heroicas de todas las edades que han entregado lo mejor de sí mismo para mantener a Nicaragua Libre», agregó la vicepresidenta, que en ningún momento de su intervención mencionó que esa propiedad donde inauguraron ese centro de capacitación le fue robado a la extinta Fundación María Cavalleri, tras la cancelación arbitraria de su personalidad jurídica.
El pasado lunes, 29 de mayo, las dirigentes de la Fundación denunciaron que el régimen montó un nuevo centro para mujeres exactamente en la propiedad donde funcionaba la entidad sin fines de lucros.
A través de una carta pública, las feministas se dirigen a Jessica Yaoska Padilla Leiva, titular del Ministerio de la Mujer, a la que desmienten, después que ella aseguró en los medios de la dictadura que el centro es una nueva construcción al servicio de las mujeres.
«Dicho centro no es nuevo, tiene 25 años, fue legalmente constituido. Durante estos años ha sido cuidado con mucho esfuerzo individual y colectivo. Fue desarrollado a nivel económico, creativo, intelectual, ecológico y espiritual por un grupo de mujeres en base a la solidaridad y muchas manos que han contribuido a ello», aseguraron las dirigentes de la organización.
Además, lamentaron que sea una mujer y ministra de gobierno la que diga «sentirse orgullosa de inaugurar un nuevo centro que es fruto de un robo a otras mujeres, agrediéndolas, violándolas y usurpando lo que han construido».
«Me pregunto: ¿Si realmente las mujeres del Cuá se sentirán orgullosas de que su nombre esté siendo utilizado para tapar un robo y una agresión y que su nombre silencie el nombre de otras mujeres campesinas?», se lee casi al final de la carta.
Las directivas de la fundación acusan a la ministra sandinista de ser corresponsable de lo que consideran «otra violación sistemática a las mujeres».